Opinión

La huida

En el próximo otoño la Iglesia Católica tiene previsto la celebración de un Sínodo Universal dedicado a la juventud. Sin duda alguna a mi modo de ver es el gran problema de la Iglesia. La inmensa mayoría reciben el bautismo, después la Primera Comunión y un gran número la Confirmación, pero después si somos realistas, la huida es masiva en muchos países que les lleva a dejar la línea de los sacramentos para casarse civilmente. ¿Qué pasa entonces? Esa es la pregunta a la que debe darse respuesta desde el mensaje cristiano. Para esto el Sínodo.

Me imagino que en el Sínodo de la Diócesis se abordará a fondo la cuestión. Es urgente.

Porque si vemos los grupos eclesiales que existen en la actualidad, llámese Opus Dei, Camino Neocatecumenal, o Comunión y Liberación, tienen la presencia juvenil que a muchas de nuestras parroquias les falta. Relativamente fácil contar con ellos para grupos pero a nivel de comunidad “pasan”. A lo sumo en momentos puntuales como pueden ser ciertas festividades o incluso el Camino de Santiago, cuentan con su presencia. 

Pese a esfuerzos habidos comprobamos como las misas dominicales en general son para personas mayores o para niños pequeños.

Hace tiempo que tengo una duda grande. ¿Dónde han ido a parar aquellos jóvenes que reunía San Juan Pablo II y los que se reúnen en las Jornadas mundiales de la Juventud que siguen contando con cientos de miles de todas partes?

Sería necesario el sumo esfuerzo para explicarles el valor de la misa de los domingos. Hoy en día ese mandamiento y algunos otros están como en almoneda y de su incumplimiento muchos ni ya se confiesan como si hubiesen pasado de moda. La Nueva Evangelización debiera comenzar por ahí. Si se desconoce el sentido profundo de la Pascua y lo que significa, también para ellos, la Resurrección lo demás vendrá como consecuencia.

En el fondo acaso se les están impartiendo una serie de conocimientos en las aulas que consisten en ocurrencias o vivencias con volátiles contenidos que ante la moda del momento se olvidan. 

Recuerdo muy bien y siempre a una persona que en los años ochenta me decía que con las enseñanzas religiosas que estábamos impartiendo el futuro será muy negro. Me decía textualmente “yo ya no lo veré pero vosotros me daréis la razón de esto que pienso”. Se sembraron vientos y ahora las tempestades son terribles. Se olvidaron serios contenidos, la esencia de la fe católica y ahora vemos que algunos ni saben si Cristo es Dios, si la Trinidad tiene tres personas y desconocen el sentido profundo de los sacramentos e incluso lo que es la santidad. Por ello a veces se llama sacramento a lo que será otra cosa pero nunca un sacramento.

Perdonen si he sido pesimista pero yo así lo veo y corríjanme si piensan distinto.

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