Opinión

Las mascarillas

(JOSÉ PAZ)
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Me atrevería a decir que -¡gran perogrullada!- las enfermedades e incluso los vicios son contagiosos y nunca se sabe a dónde pueden llegar las consecuencias. Algunas tienen una proyección tan mediática que es difícil atajarlas. Lo ocurrido con las célebres mascarillas en Madrid es de una gravedad tal que desearíamos que los encausados o responsables salgan a la luz y paguen el grave trastorno que ha causado a la sociedad madrileña en general y a los partidos politicos de igual modo, ya que la magnitud del caso llega a extremos insospechados. Se habla de millones que han defraudado dos señores (al menos) traficando con las mascarillas que supuestamente eran para prevenir del covid-19. 

Increíble cara la de los personajes que se aprovechan de la tragedia que estaba sufriendo todo el mundo para ellos, con su hábil manipulación, hacerse millonarios. Y esas ganancias las han escondido de tal modo que es difícil dar con ellas. Personajes que se han aprovechado de sus vínculos familiares en el Ayuntamiento de Madrid para traficar y hacerse de la noche a la mañana con un dinero que ganaron de una forma tan fraudulenta. Es muy triste lo que ha pasado estos años con la pandemia. Río revuelto en el que los pescadores se han lucrado.

Es la corrupción que parece se ha instalado en este país y dar al traste con proyectos que debieran ser para el progreso y que lo que consiguen es paralizar la vida pública de una manera tan desastrosa. Y lo más grave todavía es cuando estos señores han dejado de ver lo que ha pasado y pasa con otros casos de corrupción. Los ejemplos que caminan a su lado siguen adelante y ellos tan campantes siguen por la misma ruta.

Dos personas jóvenes, sean de la familia que fueren, y que se han servido de su situación para medrar y hacerse ricos. Dos hombres que debieran comprender y saber a dónde conduce su conducta. Parece que poco o nada les ha importado que otros, conocidos de todos, hayan sido condenados por lo mismo. Esto es a mi modo de ver lo grave del caso. Cómo se han contagiado de los males ajenos sin miedo a las consecuencias y se han hecho ricos de la noche a la mañana. Por todo ello, tanto la Alcaldía como la Comunidad y el mismo Estado debieran tomar cartas serias en el asunto y actuar contra estos dos desaprensivos que deben salir de la Casa Consistorial y morar en la calle.

Es una verdad como un templo que España va muy mal por muchos motivos, pero uno fundamental es este de la corrupción que acecha al entorno de todos los partidos. Parece como si a todos les urgiese hacerse ricos sin tener en cuenta los modos y las mañas para conseguirlo. Y lo más triste es que estos señores jugaron con los sentimientos de los españoles. Todos vimos cómo morían a cientos en todas partes y todos comprobamos cómo teníamos que quedarnos en casa e incluso aislarnos de los contagiados o dejar que los llevasen solos al cementerio. Gente por la calle con la cara tapada y llorando a sus muertos. Todos portando mascarillas e incuso pagándolas a un precio que se vio que era otro distinto. Las pagaron los consumidores, pero sobre todo las instituciones, con el dinero de todos y el lucro fue para estos dos señores infiltrados en el Ayuntamiento madrileño por supuestos vínculos familiares.

La reacción del alcalde fue rápida, pero es necesario que estos buenos señores paguen lo robado utilizando una situación sanitaria grave. De ello parece ser que se olvidaban y es por ello por lo que la gravedad es suma y por ella deben pagar duramente. Es clara la solución como lo es la desaparición de ese dinero. ¿Dónde va?

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