Esta semana cené con Bono, el de U5. ¡Si te descuidas de la hinca! Hay que tenerlos cuadrados, me dijo, para aprender euskera, infiltrarse en ETA y convivir con un comando terrorista. Apasionante. Sí, los albañales del estado, la guerra sucia, el contraespionaje y todo eso. Me seduce. Incluso me apetece. ¡Enhorabuena!: porque evoco a José Amedo, las chapuzas de los GAL, el caso Marey, un francés que pasaba por allí y sin comerlo ni beberlo…, en fin, Mortadelo y Filemón pero en cutre. Pasemos entonces a otro tema. Su libro.
Estuve en la presentación. Estaba hasta el rebose. La audiencia entregada, connivente: “Dígame maestro, cómo podría convencer a mis hijos para que lo leyeran”; otro: “Yo lo leí del tirón, el ne va plus”; el de más allá: “Historia viva, magnífico”, etcétera. Y el autor: Egque verán, he tomado notas ejaustivas durante años; incluso me ausentaba de las reuniones so pretexto de giñar para escribir; todo es verídico, estoy dispuesto a debatir (o no sé si dijo a batirme) con quien sea, si lo que aquí digo se pone en duda ¡Y ojo al piojo, porque tengo mag información!... En fin buono, buenísimo, sencillamente Bono. Bono en estado puro, cuestión de “bes”, cámbienle la “ene”.
Los titulares: “Mi primera decisión como ministro fue retirar las tropas de Iraq”. ¡Una bosta como un queso de bola, vamos! Similar a la que puso Zapatiestos (valiente par de frikis) no levantándose en la Castellana al paso de las banderas de los EEUU. Un feo a todo un pueblo, no a Bush, que no tiene media hostia. A Bush había que decirle aquello de “aquí huele a asssufre”, como le dijo Chávez en Manhattan, y no andar después durante años mendigando su saludo... ¡Vergüenza ajena, dios! Un ejército no se retira de hoy para mañana, abandonando una posición y dejando un flanco sin proteger en detrimento de otros compañeros de armas, sean del país que fueren. Se avisa. Se da un plazo. Se defiende hasta el último día. Y luego, con honores, se retira. No con burlas. Todo por cumplir una promesa electoralista… ¡Con tantas que se incumplen madre mía!
La segunda en la frente: “Respecto a la tragedia del Yak-42, no se hizo justicia. El avión tenía las ruedas gastadas, además hubo 30 cadáveres que se identificaron de forma errónea…” Es verdad lo de los cadáveres, es posible que sea verdad lo de que no se hizo justicia, pero lo del avión es como lo del anuncio ese de los seguros: ¡Errorrrr! Los rusos en aviación son los mejores: El avión más grande: Antonov. El caza más temido: Mig-25. El entrenador más apto para el vuelo acrobático: Sukhoi. Y Yuri Gagarin, el primer astronauta, y La Mir la única estación espacial hoy por hoy habitada. Así de claro. Y el Yákolev-42, aun siendo un trirreactor de mediano resultado, no tuvo ninguna culpa. Fue la niebla, no se veía ni para cantar, hicieron tres intentos para tomar tierra; fue el cansancio de la tripulación, la fatalidad o lo que fuere. No las ruedas: los aviones no las requieren para volar, no hace falta que tengan tacos, son suficientes unos cuantos surcos para cuando la pista está mojada. Pero claro, resulta más gratificante condecorar como héroes a quienes destrozaron dos helicópteros Cougar en Afganistán jugando a la guerra (¡fatalidad no buscada, vive Dios, que lo pagaron con sus vidas!) un día de sol y moscas, y considerar un descuido los 11 forestales muertos en el incendio de Guadalajara…
Un poquito de por favor, Sr. Ex todo… Ah, y si es verdad que Mas le dijo al zote de ZP (un tonto destruye un pueblo): “Yo voy quitando lo de nación y tú vete poniendo más dinero”, y ahora es que nos lo cuentas, es como para cortaros los huevos. A los tres.
