Es un deporte de precisión. El baloncesto es un deporte de precisión, aunque a veces se pueda olvidar. La necesaria para hacer buenos los ataques tirando a canasta o no perdiendo los balones. Además hace falta físico, inteligencia, estrategia, coordinación o incluso fortuna, pero todo empieza y acaba en la puntería que se tenga.
Y ayer el COB fue un desastre. Incluso más en los pases que en el tiro, que también. Jugó siempre agachando la cabeza tras un error, falto de confianza tras encadenar tiros al hierro, sin continuidad alguna. Jugó un partido malviviendo en el marcador desde el minuto 5 e incluso así llegó al 38 con opciones.
Por eso es más dolorosa la derrota. El COB dejó escapar una oportunidad inmejorable de liquidar la salvación e irse a la cama con el deber cumplicado.
Ha demostrado estar capacitado para ganar cualquiera de los partidos que le faltan, pero ahora tendrá que hacerlo otra vez con miedo en el cuerpo.
No es fácil lograr la permanencia en la LEB Oro y menos cuando se han cometido errores antes y durante, pero es una verdadera pena no haber dado ese pasito que faltaba cuando estaba tan cerca.
