Opinión

¡Los fieles difuntos!

Nos encontramos hoy con la festividad de Todos los Santos y mañana, dos de noviembre, la conmemoración de los Fieles Difuntos.

Son dos celebraciones que están muy metidas en el corazón humano, ya seamos más o menos creyentes. La muerte es de las pocas realidades que trata a todos de la misma manera. Para morir no hay privilegios ni recomendaciones que valgan. Cuando llega el momento de morir no hay demoras ni regateos. Todos nos morimos al llegar nuestra hora y en el momento que, en los designios de Dios, está previsto.

En los últimos años, también por parte de los católicos, se propalaron una serie de costumbres que son ajenas al sentimiento cristiano. En este sentido, los obispos de España publicaron un documento muy clarificador: un Dios de vivos, Instrucción pastoral sobre la fe en la resurrección, la esperanza cristiana ante la muerte y la celebración de las exequias (2020).

El lenguaje de este texto es claro y sencillo, creo que adecuado a cualquier persona. El mes de noviembre, al que siempre se le ha dado un sentido de recuerdo por nuestros queridos difuntos, será un tiempo oportuno para la lectura de ese documento.

La Iglesia Católica revive el Misterio Pascual de Jesucristo, renovado en la celebración de la Eucaristía, en la que ora por los difuntos. Pedimos para que, asociados a la victoria de Cristo sobre la muerte, el Buen Dios perdone sus pecados, los purifique de sus culpas, los haga participar de la felicidad eterna y los resucite al final de los tiempos.

La misa-exequial, ordinariamente la celebra la Iglesia en el templo parroquial por ser el lugar de referencia, bien para el difunto o porque en ella celebran la fe sus familiares. Cuando no se puede celebrar la Eucaristía por el difunto, parece que algo falta a los ritos exequiales, han quedado incompletos, porque la Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida del cristiano.

A pesar de las dificultades de la vida moderna, sobre todo en el ámbito urbano, procúrese invitar siempre a los familiares y amigos de la persona fallecida para que participen en la Misa en sufragio por el difunto.

Te puede interesar