Opinión

El sombrero clásico masculino

En realidad, hace muchos años que el sombrero era una prenda del guardarropa cotidiano tan importante como pueda ser hoy la corbata, los zapatos o las camisas. Hasta los años cincuenta, llevar un sombrero era cumplir con una norma en la vestimenta que casi nadie ponía en tela de juicio. El sombrero es un buen ejemplo de que casi todas las modas tienen su origen en la necesidad práctica que, en el caso del sombrero, fue la de proteger de la humedad, el polvo, el frío y el sol. Al desaparecer la necesidad que lo originó, este complemento empezó a considerarse como superficial. Si una persona, por ejemplo, va al trabajo en coche en lugar de darse un paseo puede prescindir perfectamente del sombrero. Y para alguien que pueda lavarse el pelo en cuanto lo necesita, tampoco parece de vital importancia protegerse del polvo y la suciedad. Los años cincuenta, por suerte, cuando el pelo se lavaba una vez a la semana, han quedado atrás.


Por otra parte, la moda en peluquería de los años sesenta y setenta ha dificultado la existencia del sombrero clásico masculino porque nadie quería ponerse sobre el peinado secado artísticamente un sombrero de fieltro que aplastaba los cabellos. Del mismo modo, un peinado con flequillo tampoco resultaba adecuado para llevar sombrero, ya que esta prenda necesitaba precisamente la frente libre. Un flequillo que aparezca bajo el ala del sombrero produce el mismo efecto que una camisa que salga por debajo de un chaleco de traje.


Sea como sea, algunos están totalmente convencidos de que, al menos en la rúa, es preferible que se vea el sombrero antes que el pelo. Pero como, hoy en día, para nosotros el peinado es todo -o debe ser- un signo de individualismo, a muy pocas personas se les ocurre tapárselo con un sombrero. La gente que lleva esta prenda en su vida cotidiana lo suele hacer siendo consciente de que se trata de algo inusual.


No obstante, en ocasiones especiales el sombrero se sigue llevando tanto ahora como antes. En aquellos eventos en los que es necesario vestir un traje largo -chaqué o frac-, algunos, muy pocos, sacan de su armario la vieja chistera. ¿Quién tiene chistera, hoy? Sin embargo, llevar sombrero de copa con otro traje que no sea un frac o un chaqué sería un error. La ocasión más normal, actualmente, para llevar chaqué es una boda. De esta manera lo establece una convención tácita internacionalmente reconocida. De todas formas, incluso con el frac y el chaqué puede prescindirse tranquilamente de la chistera. Y no pasa nada.


Aparte de en ocasiones festivas y oficiales, en la actualidad el sombrero sólo se encuentra mayormente en determinados acontecimientos deportivos. Por ejemplo, fiel al ejemplo inglés, se lleva en todos los actos de hípica el ‘Trilby’ marrón, un sombrero flexible. Otros sombreros ya no se usan, porque aunque hayan sobrevivido, no están acorde con nuestra concepción del estilo actual, como tampoco se lleva el reloj de bolsillo o el paraguas de bastón. Aunque el estilo internacional, a veces, presente una tendencia conservadora no tiene nada que ver con la nostalgia. Solamente se recurre a piezas antiguas si verdaderamente tiene sentido.


El sombrero hace tiempo que ha perdido su función, el reloj de bolsillo no sabemos donde ponerlo porque ya no se lleva el chaleco, y para usar el paraguas de bastón se ha perdido la cultura del paseo. Por eso algunas de las cosas desaparecen del canon internacional del estilo mientras otras, si se han consolidado durante más de una o dos décadas, se vuelven a adoptar o a veces se descubren de nuevo. Tal vez el sombrero también tenga una posibilidad de que algún día vuelva a descansar sobre nuestras cabezas. Posiblemente será entonces la gorra de béisbol la pionera de su retorno. Con todo, esta gorra de visera tan americana ha conseguido ir ganando terreno en la moda deportiva clásica. Quizá algún día se convierta en un clásico aceptado, como lo es hoy el polo o los mocasines.


Y los que hayan aprendido a apreciar las ventajas de llevar un sombrero, tal vez un día quieran volver al de fieltro.



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