Opinión

Resentimiento lírico catalanista

Chile suele darnos admirables diplomáticos-escritores, como su gloria actual, Jorge Edwards, o como Carlos Franz, vinculado a la diplomacia, excelente novelista y luminoso analista de la actualidad.

Acaba de publicar “Farsa” un artículo sobre la situación catalana relacionándola con el nacionalismo latinoamericano y con los años treinta europeos.

Recuerda que Simón Bolívar pretendía crear una federación política de naciones americanas, pero que la corrupción y el egoísmo de las élites las separó, e incitó el nacionalismo para enfrentarlas.

Para mantener el poder los dirigentes populistas fabrican y manipulan las emociones populares contra “el extranjero”: Maduro, viéndose en peligro, azuza a los venezolanos contra los colombianos.

Quienes gobernaron Cataluña durante décadas cobrando el tres por ciento sobre toda inversión pública han acudido al “truco de los culpables: hacerse pasar por víctimas”.

“¿Y qué mejor víctima que la de un enemigo extranjero?” Los corruptos de la derecha catalanista fabricaron el “Otro”, España, y se aliaron con sus detestados separatistas de izquierda prometiéndose mutuamente una fuga hacia el paraíso de la independencia, escribe Franz.

Recuerda la carta de Felipe González advirtiendo que los nacionalistas actuales le traían recuerdos de la aventura alemana o italiana de los años treinta.

Y la respuesta de Artur Mas redoblando su agraviado victimismo: Catalunya ha amado sin ser amada, ayudado sin ser ayudada, ha dado mucho sin recibir: cursis lloriqueos para tapar la corrupción.

“Ese resentimiento lírico, esa rabia del supuestamente expoliado, esa herida narcisista autoinfligida por un amor que no se cree correspondido alentaron aquellas aventuras italiana y alemana”, advierte el escritor chileno.

La correría catalana es tan ridícula que Franz no cree que termine como la tragedia europea, pero sí como la farsa que anunciaba Marx (Karl, no Groucho) como repetición de la tragedia. Ojalá acierte.

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