Opinión

Ali y otros grandes del boxeo

El boxeo es el deporte que abunda con más intensidad en el contrasentido del mito. A ello debe probablemente su constante protagonismo en el cine como resultado de su también renovada presencia en las novelas del género negro. Es un ejercicio lírico y épico, romántico y cruento, cuyos protagonistas son, con frecuencia, los gladiadores subordinados a la voluntad del dueño, víctimas permanentes de las malas artes, los arreglos, el tongo y el infortunio, y que perecen devorados por los intereses corruptos y turbios de todo un universo de hampones de pajarita y cuello duro.

Esa aureola de deporte de perdedores, de chicos limpios e inocentes en manos de gánsteres sin conciencia ha creado es verdad, un subgénero. Y en la lectura y reafirmación de este curioso y paradójico subgénero estamos sus antiguos amantes, los que hemos hecho mito, bondad y miseria de los viejos boxeadores de nariz partida y orejas de coliflor, de los gimnasios de paredes desconchadas con olor a embrocación y espejos de cuerpo entero. Y del recuerdo….

Del recuerdo de los grandes campeones. El respeto pródigo en ensoñaciones con todos los honores por mi parte y en lo que yo conozco y echo de menos para Maromero Páez, “Macho” Camacho, Tommy “la cobra” Hearns, Roberto “mano de piedra” Durán, Marvin Hagler, “Sugar” Ray Leonard –los más grandes pesos medios de la historia- o artistas hispanos como Oscar de la Hoya, Loreto Garza, Wilfredo Benítez, Julio César Chávez o Mando Ramos… y los grandes pesos, Dios bendiga a Floyd Patterson, George Foreman, Ken Norton, Joe Frazier, Jimmy Ellis, Mike Tyson, Evander Holyfield e incluso Dios bendiga y se haya acordado de Óscar “Ringo” Bonavena, al que mataron a tiros en una casa de putas de Reno.

Y sobre todas las cosas que haga suyo al más grande. Nunca vi nada tan colosal y hermoso como Muhammad Ali y nunca lo veré de eso estoy seguro. Será quizá por ello por lo que para un viejo aficionado al boxeo como yo que se ha visto mucho ring de Dios y que ha tenido el honor de estrechar la mano de Luis Folledo, Goyo Peralta, Tony Ortíz, Pepe Ungidos, Pepe Legrá, Pedro Carrasco, Miguel Velázquez, Manolo Calvo o Perico Fernández y otros muchos que llevo en el corazón, se fue Ali y se acabó el boxeo. Y hasta ahora.

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