Opinión

La estrategia fantasma

Mientras PP y C’s acercan posturas, dialogan y pactan dispuestos a obtener un punto de encuentro que permita concretar una verdadera alianza, y mientras la formación de Rivera le arranca a la de Mariano concesiones de primer nivel como la que ha conseguido en estas últimas horas consistente en variar por completo el sistema de elección de las cúpulas judiciales, el PSOE de Pedro Sánchez ha volcado todo su esfuerzo y ha fiado todas sus estrategias a tratar de conseguir que las terceras elecciones no se celebren en Navidad. Se trata de un comportamiento que produce un desasosiego tan grande que los veteranos socialistas a los que Pedro Sánchez y los nuevos inquilinos de Ferraz han ninguneado deberían expresar públicamente al menos lo que les merece está paupérrima actitud que ocupa su tiempo y su trabajo en criticar el protocolo de actuación durante la sesión de investidura e intenta llevar las terceras elecciones que ellos mismos facilitan hacia una fecha menos trascendente que la que se propone y lucha porque se celebran urnas el día 18. Sánchez ha manifestado públicamente que ni siquiera en el caso de que el PP cambiara su candidato votaría Sí aunque sabe que eso es pólvora mojada. El Partido Popular no sustituirá jamás a su aspirante a la Moncloa ni siquiera ante los que se anuncian casi irremediables comicios porque no quiere y está en su derecho.

Rajoy ha ganado las elecciones anteriores mejorando ostensiblemente los resultados precedentes y no sería de recibo que el ganador en las urnas y subiendo se marchara a casa y el perdedor y bajando se quedara. Eso no es ni justo ni explicable, ni por supuesto aceptable en un ámbito libre y democrático como el que disfruta el país y del que todos nos sentimos orgullosos.

A mí, este PSOE de diseño que se ha sacado de la manga Pedro Sánchez me produce un intenso desagrado porque conculca todo el espléndido catálogo de virtudes y principios que han distinguido la trayectoria de un partido honorable y largamente centenario. El PSOE ha mostrado altibajos en sus comportamientos e incluso ha tenido instantes grises tirando a negros entre el 35 y el 39. Pero ha sido esencialmente serio y honrado.

Sánchez y su guardia mora lo están trivializando, lo que equivale a destrozarlo. Algún día la Historia, a esta pandilla insensata, le pedirá cuentas.

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