Opinión

De vuelta al oscuro pasado

Las noticias que nos acercan a la infancia tienen un componente emocional severo pero se olvidan pronto. Son sin embargo estremecedoras en sí mismas por razones obvias, aunque obtengan de los medios de comunicación un tratamiento de perfil bajo puesto que en general son difícilmente remediables y la temática de las que se nutren no demuestran otra cosa que llueve sobre mojado.
He seguido con cierto interés los pormenores de esa historia disparatada y absurda que mantiene a una criatura en estado muy grave porque sus padres se negaron a que fuera vacunado contra la difteria, una enfermedad contagiosa que parecía completamente erradicada del mapa sanitario nacional hasta que se ha producido este caso, el primero desde 1987.

En 1987 comenzó a administrarse sistemáticamente su vacuna y se consiguió su desaparición. Hasta ahora. Los científicos sospechan que el trasiego de población emigrante y las nuevas condiciones de carácter social que se han impuesto en estos inicios del nuevo milenio van a desenterrar muchos males que parecían olvidados. Por tanto, recomiendan encarecidamente que la población se prepare.
Hoy los padres de este pequeño afortunadamente en manos de profesionales de la medicina extraordinariamente cualificados, se preguntan en su desesperación cómo pudieron hacer caso a los adalides de una corriente extrema que aconseja a las familias prescindir de las vacunas después de que este refuerzo absolutamente imprescindible al sistema inmunológico demuestre sus incuestionables bondades durante casi dos siglos de administración y progreso.

La mayor parte de las pandemias que aquejaron a la humanidad en el pasado han sido desterradas gracias a la administración de vacunas y los pediatras siguen insistiendo en que no es necesaria otra herramienta que la información para conseguir que aquellos que defienden la idea contraria claudiquen apabullados por el indiscutible poder de convicción que arrojan simplemente los resultados. Cuando se produce un suceso como el que mantiene a este niño entre la vida y la muerte por una decisión tan ilógica de sus padres, uno ruega para que se salve sin secuelas y sirva como ejemplo para no volver a cometer un disparate tan grande.

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