Opinión

El invierno llega, aunque no quieras

Será porque en Ourense no tenemos banda municipal -al menos, no de música- que el acto de celebración del 45 aniversario de la Constitución, acontecido el pasado día 6 en el Auditorio, estuvo amenizado por una sección joven de la banda de Verín; perfil muy acorde, en verdad, con un evento destinado a entregar sus premios a estudiantes galardonados por trabajos enalteciendo algún aspecto de la Carta Magna.

El presentador anunció las piezas elegidas, que comenzaban con los Beatles y concluían con Rosalía, por lo que buena parte del público pensaría en un viaje sonoro desde el icónico “Imagine” de John Lenon, hasta el vernáculo “Campanas de Bastavales” o el típico “Adiós ríos, adiós fontes”, un suponer. Sin embargo, llegado el momento del cierre, dos jóvenes miembros del conjunto empezaron a entonar, micro en ristre, “Despechá”.

En ese instante, seguramente, buena parte del Auditorio atenta al anuncio musical previo fue consciente de que se acababa de abrir ante sus pies una brecha generacional. Es lo que sucede al ver palidecer referentes tan sólidos que parecían inmutables. Porque, para la juventud -incluida la gallega-, la Rosalía por antonomasia ya no es la de Castro, al igual que la diva catalana tampoco es Montserrat Caballé, que ya es desplazar.

Con todo, nada hay que objetar respecto de la elección temática ni de la interpretación, premiada con calurosos aplausos del público presente; considerando además la actualidad política y el hecho de ser un acto en homenaje a nuestra maltratada Constitución, a la que mueven constantemente “de lao a lao”; aunque, quizás por ello, otro título dentro de esa misma discografía podría haber reemplazado al elegido: “Malamente”.

Con permiso de la de Padrón, tampoco procede menospreciar el fenómeno Rosalía, cuyo talento quizás sea tan opinable como el de muchas, pero que, con indudables dosis de tesón y acierto, se ha catapultado a un triunfo sin precedentes en el proceloso mundo de la industria musical internacional. Visto lo cual, no puede sorprender la influencia y admiración que, a partes iguales, despierta la barcelonesa entre la juventud.

De hecho, despojada de oropeles, postizos varios de pelo y uñas, así como de otros adornos típicos del chonismo de luxe, en Rosalía concurre una de las cualidades primordiales -si no la principal- para convertir en única a cualquier cantante del montón: la belleza de su timbre; lo que cabe apreciar cuando interpreta canciones vocalmente lucidas, como hizo en la Gala de los Grammy Latinos, celebrada en Sevilla el mes pasado.

Allí ofreció, acompañada de un cuadro flamenco, su versión de una balada antigua (aunque ahora ya no se dice antiguo, sino “vintage”): “Se nos rompió el amor”, popularizada por la inolvidable Rocío Jurado; cuya letra dice aquello de “jamás pensamos nunca en el invierno / pero el invierno llega, aunque no quieras”. Pues aquí estamos hoy, jueves 21 de diciembre, a las puertas de un invierno que en España siempre llega con la lotería; aunque no quieras.

Así, en este sombrío invierno cultural que vive Ourense, aunque tampoco quiera, quizás llegue el día en que, de nuevo, la banda municipal amenice -frente a la que, más bien, amenaza- nuestros festejos navideños con villancicos por las calles. Porque el invierno, igual que llega, también se va. Se quiera o no se quiera. Entre tanto, solo queda desear a toda la ciudad las más felices fiestas, al estilo Rosalía; o sea: una Navidad “con altura”.

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