Opinión

Ourense e infraestructuras

La semana pasada, la Confederación de Empresarios organizó

unas jornadas destinadas a analizar y reflexionar sobre el futuro de las infraestructuras

en nuestra provincia. El núcleo de las sesiones se refirió al tren de alta

velocidad que nos anuncian llegará a Galicia en un horizonte aún no claro, lo

cual no deja de ser preocupante. La idoneidad de este evento no deja lugar a

dudas puesto que buena parte de nuestro desarrollo económico se sustentará

sobre esta infraestructura de transporte. El poder escuchar a destacados expertos

en esta materia posibilita la formación de opinión fundada que es tan necesaria

al hablar de estas inversiones.

 Llama la atención

que un foro de este tipo tenga que ser promovido por una organización sectorial

que, en principio, debería estar dedicándose a otros menesteres. Sin embargo,

ante la ausencia de otras iniciativas sociales y, sobre todo, políticas, bienvenidas

sean estas jornadas que sirven para poner encima de la mesa cuestiones que

afectan a todos.

 A modo de resumen,

lo primero que se podría señalar es que el aparente consenso político sobre la

llegada del AVE a Galicia (que recordemos llega por Ourense) trae consigo

alguna decisión que puede lastrar el desarrollo posterior. Así, la falta de

conexión directa con Vigo para mercancías hipotecará las conexiones no sólo con

la salida natural al mar sino también con el Norte de Portugal. Igualmente, el

mantenimiento de un tramo que por su trazado (Taboadela-Ourense) difícilmente

podrá superar los 100 kilómetros/hora resulta difícil de entender.

 En cuanto a la

entrada en la ciudad, llama la atención que la mayor preocupación sea la relativa

al soterramiento de las vías, mientras que otros asuntos como la

permeabilización intervial, las conexiones internas, la intermodalidad o la

ubicación de mercancías parecen no estar claras. Y finalmente se echa en falta

una conciencia ciudadana del momento en que nos encontramos para no ’perder el

tren’.

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