Opinión

Tan cobarde como fácil

Por segunda vez consecutiva vemos cómo el terrorismo altera el final de la campaña electoral de las elecciones generales. La verdad es que un atentado de ETA era de temer y por eso se habían tomado todas las medidas de la máxima alerta policial, pero también es verdad que tales medidas no sirven de mucho cuando la víctima señalada es un ciudadano indefenso como era el ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco. Asesinar en esas condiciones es tan cobarde como fácil, por desgracia. Las fuerzas de seguridad habían evitado atentados en más de una docena de ocasiones en los últimos tiempos, pero la opción terrorista de este viernes era prácticamente imposible de controlar. Esta circunstancia es la que nos advierte de la urgente necesidad de terminar con la banda terrorista, un objetivo que contaba con todos los requisitos necesarios, excepto uno: la unidad pétrea de todas las fuerzas políticas y sociales. Esa falta de unidad ha retrasado el final. Por eso hay que saludar con esperanza esta posibilidad que parece abrirse ahora de recuperar tal unidad.


Y lo parece a juzgar por el correcto comportamiento de todas las fuerzas democráticas desde que se difundió la noticia, a mediodía de este viernes. Incluso he podido escuchar unas declaraciones de Martínez Pujalte, que parecía conmocionado no sólo por el asesinato sino también por los disparates atroces que había soltado la víspera sobre la presunta continuidad de las negociaciones de Zapatero con ETA. Los líderes han sabido cumplir con su deber al suspender los últimos actos de la campaña electoral y convocar concentraciones de repulsa.


Un atentado de ETA era de temer y por eso se habían tomado todas las medidas de la máxima alerta policial Inevitablemente, de alguna manera nos hemos sentido trasladados a los mismos días de cuatro años atrás, del 11-M al 14-M, pese a que aquellas trágicas circunstancias no son trasladables a lo sucedido este viernes. También han acertado todos al animar a una participación masiva en las urnas, como manera de demostrar a ETA que esta sociedad nunca cederá a su chantaje. Esperemos que en adelante todas las elecciones se celebren en plena normalidad.



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