Opinión

Barbas

Los servicios de inspección de los ayuntamientos deben estar en estos momentos viviendo un periodo de agitación y de revisión de los papeles de apertura y cierre de los locales de ocio nocturno tras la tragedia en la zona de Las Atalayas de la capital murciana, donde se produjeron 13 muertos al arder un conjunto de discotecas que tenían orden de cierre desde hace más de un año. Cuando se produce un accidente de esas características, como cuando hay un accidente de avión, resulta que no hay una sola causa, que no habían funcionado las inspecciones, que no se habían cumplido las órdenes de cierre, que no había licencia o que el propietario de las instalaciones era conocido porque no acababa de ser trigo limpio. No puede ser que hubiera una orden de cierre en firme contra un establecimiento por sus irregularidades y que no se hubiera ejecutado. Ahora toca que todos los ayuntamientos se pongan a trabajar y a hacer cumplir sus normativas, que pongan sus barbas a remojar antes que la parca vuelva a actuar aprovechando la desidia de los munícipes correspondientes. 

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