Es tan común verlas en nuestras manos que ya casi no se percibe que se trata de un gran invento sin el cual la vida ya no sería la misma, sería más difícil, más complicada, menos cómoda. Como todos aquellos objetos que se hacen indispensables por su uso cotidiano son también causa de numerosos problemas, que probablemente no se resolverán por elevar su precio. Son las bolsas de plástico. Los españoles consumimos 8.476 millones de ellas cada año, una media de unas 180 por habitante y año, y a partir de marzo del próximo año ya no se repartirán gratuitamente en la tienda de la esquina. Se pretende que haya menos desechos plásticos por montes y mares y que se utilicen otro tipo de bolsas, de otros materiales. Pero nada será como la bolsa de plástico, tan versátil y que resulta tan útil para llevar el regalo amoroso o los desperdicios más despreciables.
