Lo mejor de un responsable empresarial es que hable claro para que los empleados no se llamen a engaños. Por eso me gusta el nuevo presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Y me gusta porque explica la defensa de algunas de las decisiones tomadas por el gobierno de Mariano Rajoy en la reforma laboral en la ideología. “Por ideología no podemos admitir la primacía del convenio sectorial”, dice, sobre el de empresa, en el que los sindicatos tiene menos fuerza y los trabajadores menos aún, y que el Gobierno quiere recuperar. Está claro. Para al jefe de los empresarios la ideología –neoliberal, conservadora, antisindical- es fundamental a la hora de establecer las relacionas laborales. Para que digan que la lucha de clases es una cosa obsoleta. Luego los sueldos: “Una retribución al año de 300.000 euros –la suya en la CEOE- es humilde a nivel empresarial”. Son más de veintiuna veces lo que cobra un mileurista en catorce pagas. Y sin convenio, claro.
