Opinión

Las esposas

La exesposa de Felipe González, Carmen Romero, fue elegida diputada y luego eurodiputada. La de su sucesor, José María Aznar, Ana Botella, llegó a ser alcaldesa de Madrid. La de Rodríguez Zapatero se dedicó a sus coros, y la de Mariano Rajoy hay muy pocas referencias sobre su vida. A la de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, solo cabe reprocharle su fichaje por el Instituto Empresa la rapidez del ascenso, cuando hace poco se conocía que había pedido una excedencia en su empleo anterior. Nadie discute su currículum y su capacidad con la que se ganaba la vida al margen de la actividad de su marido. Pablo Casado, que pedía un plan Marshall para África, se queda un poco colgado de la brocha porque Begoña Gómez se dedicará a fomentar la innovación y el emprendimiento en el gran continente exportador de inmigrantes. Personalmente hubiera preferido que sus conocimientos profesionales los hubiera puesto al servicio de una oenegé.

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