Existe una estirpe de políticos que son especialistas en meter la pata y siempre en el mismo sentido,por lo que sus declaraciones, que en una primera ocasión pueden atribuirse a una ofuscación o a una mala interpretación periodística –tan socorrida- pierden el beneficio de la duda, y sus peticiones de disculpas dejan de tener efecto reparador, y menos si es a través de un tuit y sin dar la cara –dura-. Francisco Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, ya se lio con “los morritos” de Leire Pajín, y con una comparación inapropiada respecto a Soraya Rodríguez. Ahora tiene miedo a que una mujer le busque “las vueltas” si sube con ellas en un ascensor. Tiene tan alta su estima como baja la empatía con las víctimas de las violaciones.
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