Opinión

PALOMARES

Ahí sigue, 44 años después, todo el Estado en la cabeza de Fraga, tras el incidente de la bomba nuclear de Palomares. A Fraga le tocó inaugurar la temporada de baños para demostrar la salubridad de las aguas. A otros les tocó comer carne de vaca en plena crisis de la EBB y hacer calditos. Para muchos políticos estos son los máximos riesgos que corren aparte de las reyertas para ir en las listas electorales. Pero van en el sueldo. El último baño salutífero ha sido el de Obama y su hija Sasha, en las aguas del Golfo de BP, a 400 kilómetros del vertido. Por si acaso.

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