Ursula von derLeyen es la primera mujer presidenta de la Comisión Europea elegida por mayoría absoluta con apenas nueve votos más de los que necesitaba. La nueva presidenta realizó un discurso europeísta, feminista, ecologista y de marcado carácter social que pudo cambiar el sentido del voto de muchos de los eurodiputados.
Los análisis ponen el acento en el voto en contra de los parlamentarios eurófobos, verdes y socialdemócratas que presuntamente votaron en contra porque el voto era en urna. Pero lo raro no es que no la han votado los mencionados sino que lo hayan hecho los de su propio partido, los liberales y los representantes de otros partidos conservadores, porque su discurso ha sido más progresista que conservador y muchas de las propuestas realizadas sobre limitación urgente de la emisión de gases de efecto invernadero, salario mínimo y seguro de desempleo de carácter europeo, gobierno de la UE paritario, no las suscribirían en sus propios países. O sea que la presidenta conservadora va a dirigir la Comisión con un programa progresista que los progresistas rechazan y que apoyan los populistas. A ver que resulta.
