Quizá no sea tan peregrina la idea de la directora general de Trafico, María Seguí, de realizar una reválida de conocimientos de circulación vial entre los conductores más veteranos, que son los que más accidentes sufren. Así, el conductor canario multado por hablar con su acompañante y mirarle reiteradas veces quitando la atención de la carretera, no se habría extrañado por la sanción. Ahora bien, no recuerdo que el código de la circulación que se estudiaba hace unas decenas de años dijera nada sobre el número de veces máximo por kilómetro que se puede mirar al acompañante. O sea que multa y suspenso. A pagar dos veces que parece que es lo que cuenta: recaudar.
