Opinión

Western

Parece una película del oeste de esas en las que los agricultores y los ganaderos se profesan odios africanos, luchan sin cuartel, ponen cercas unos que otros derriban y llegan a las manos o a las pistolas por defender sus derechos a la tierra y a su negocio. En unos pueblos de Burgos donde se cultivan vides que producen vinos de la denominación de origen Ribera del Duero están en guerra judicial contra los ganaderos de porcino que quieren colocar sus granjas, y en algunos casos macro granjas de 6.000 cabezas, en las proximidades de sus viñedos por lo que temen que los purines se acaben filtrando y perjudicando sus explotaciones que estaban antes de que a los ganaderos se les ocurriera levantarlas allí. En la lucha judicial van ganando estos últimos y a los viticultores les queda el recurso al Supremo y al pataleo. Su principal argumento de defensa es que, si Castilla y León es una tierra despoblada, porque amontonarse y no buscar otras tierras donde nadie resulte perjudicado. Por ahora nadie ha decidido recurrir al pistolero vestido de negro.

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