Opinión

Un presidente que sabe a lo que está

Ningún tiempo pasado fue fácil ni exento de ciertas dosis de exabruptos, aun de personajes que debido a su responsabilidad y la representación que ostentan debieran mostrar más decoro y mejores formas. Por supuesto que no. ¡No!, no es el presidente que usted pueda pensar nada más empezar a leer! Me refiero a un presidente cercano y de más trascendencia a sus asociados y trabajadores, a esa “gran gente de lo común”, que cada día acude a su puesto de trabajo para ganar el sustento de los suyos y crear riqueza para todos. Se trata del presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de San Cibrao. ¡Sí, el mismo! José Antonio Rodríguez. Una persona seria, cabal, de pronunciar las palabras precisas, ajeno a pamplinadas y a polvaredas dialécticas; y que cuando dice algo debe escuchársele, ya que sus palabras son fruto del sentido común, de su dedicación al trabajo y de la representatividad que le otorga la gran mayoría de los empresarios del Polígono.

No basta hablar, hay que hablar veraz (Shakespeare). “No podemos permitirnos la polarización y el frentismo”, proclama José Antonio Rodríguez, con la situación política actual, unos días después de la investidura de Pedro Sánchez y con motivo de la asamblea anual; y prosigue diciendo que “la preocupación es enorme”, apelando –para quien no se dé por enterado- “a los pilares fundamentales de nuestra sociedad, que son la responsabilidad y la moderación”. Así lo recoge, titular incluido La Región. Las palabras a veces hacen más daño, aparte de ser más elocuentes, que cualquier arma. Es por ello que tardaba en reproducir el titular: “Un presidente que sabe a lo que está”, ese es José Antonio. Sólo así se entiende su comportamiento y la reivindicación de los intereses de sus representados. ¡Qué diferencia con esa expresión desgarradora –X.C. Caneiro, dixit- del presidente del Gobierno al decir “¡levantar un muro contra la derecha!”. Oímos desde Moncloa hablar de muros, vetos, dividir a la ciudadanía, desigualdad, conceder inversiones por votos; que se traduce en desconfianza, polarización y frentismo. Nada de moderación ni prosperidad, esto se oye en el Polígono.

Pero si no teníamos pan ni tortas, se pueden esperar, con personajes que, lejos de saber estar, ni transmiten optimismo y confianza, sino lo contrario. La diversidad y el dinamismo del área industrial del Polígono de San Cibrao lo convierte en todo una referencia en Galicia, el “polígono de Galicia”, con más de 400 empresas instaladas, más de 8 mil trabajadores, casi 5 millones de metros cuadrados de superficie industrial, 700 actividades económicas diferentes, apuesta por el I+D+I, que lo convierten, en sus casi 60 años, en referencia absoluta de la provincia e imprescindible en su faceta laboral de creador de riqueza. Por ello es una suerte y alegría disponer de cabeza visible, un “hombre con cabeza” para saber estar, transmitir y que se nota fue monje antes que fraile; como también lo había sido su predecesor, Elías Mera. Un baño de realismo y ponderación para consolidar y hacer crecer en tiempos turbulentos ese motor de empleo industrial.

La estación de ferrocarril para mercancías -aún sin concretar- es una antigua reivindicación estratégica a nivel del Estado. ¿Lo tenemos crudo? Lo que sabemos es de la palabrería fútil del fajador ministro de Transportes, al resumirnos como lo del AVE a Vigo se le incluya en la “carta a los Reyes Magos”. ¿Está ironizando? Qué diferencia con la de un presidente riguroso, al reivindicarse con ambición, repudiando la polarización y el frentismo, que sabe que no sólo conducen “a ningures” sino que causa desconfianza, que es lo peor para generar riqueza a partir del trabajo. Estimado José Antonio: el estilo del buen hacer y saber estar es el vestido del pensamiento. Y tú piensas bien y transmites con elegancia. Sin polarización ni frentismo.

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