Opinión

El efecto Eriksen

Entendiendo el titular como cuando “una imagen vale más que mil palabras”. O, también, fruto de las conmovedoras imágenes televisivas que, tras ver desplomarse a un futbolista internacional y deportista de élite súbitamente, cunde el pánico y comenzamos con los juicios de valor. Lo único cierto es que cualquiera de nosotros deberíamos estar preparados para actuar ante una emergencia de este tipo. Porque, tras lo sucedido con un final feliz, hay abierto el debate sobre un tema tan antiguo como siempre de actualidad, cual es la de comenzar a realizar la cadena de supervivencia para la recuperación de la persona. Es fácil y está al alcance de todos, aunque no lo parezca.

Concienciar a la sociedad de la extrema importancia de conocer el manejo inicial de una persona en paro cardíaco y proporcionar asistencia in situ, con capacidad de saber observar si el paciente está consciente o no, e iniciar las maniobras de resucitación cardiopulmonar, hasta la aparición de un desfibrilador y posterior traslado al hospital una vez estabilizada, es absolutamente posible y vital. Con este razonamiento, en junio de 2016, el Grupo provincial del PP en la Diputación presentó una iniciativa con el objetivo de la puesta en marcha de un programa de cooperación con los ayuntamientos de Ourense para la instalación de desfibriladores y así la provincia adquiriera el estatus de “provincia cardioprotectora”; ya desde el 2007 se llevaban realizando por parte del servicio de formación de la Diputación cursos para los trabajadores de la institución provincial y de los ayuntamientos; no en vano todas las instalaciones pertenecientes a la Diputación disponían y disponen de al menos un desfibrilador. Y también la Diputación coopera con otras instituciones, como la Cruz Roja, para realizar formación en esta temática por toda la provincia.

Los argumentos motivadores de esta propuesta, considerada fulcral para la institución provincial, no son otros que no sean los de adquirir conocimientos de cómo enfrentamos al miedo escénico, cuando resulta imprescindible actuar. El que en un momento dado nos encontremos ante una situación como la referida en el titular, no debiera causarnos ningún tipo de rechazo por culpa del miedo ante la ignorancia, cuando ésta se combate con el conocimiento. Nadie está libre de padecer esta patología cardíaca ni tener que enfrentarse a un desvanecimiento en cualquier lugar y circunstancia. Para ello debemos concienciarnos y estar preparados, ya que como en el caso que nos ocupa, una vida puede salvarse.

¿Cuáles son estos motivos? Sabiendo que la aparición de un paro cardíaco repentino no se puede evitar, ¡pero sí sus consecuencias!, y las alta cifras de incidencia hablan por si solas, estemos preparados. Así actuó, y da nuestras de predicar con el ejemplo, la Diputación de Ourense. Cuando tuve la responsabilidad de defender la iniciativa en el Pleno de la Diputación –año 2016- expuse como línea argumental de interés que en nuestro país, aproximadamente, cada veinte minutos se produce una parada cardíaca con caída al suelo, como la vivida por Eriksen. Por lo tanto estamos refiriéndonos a un tipo de patología representativa de un problema de salud pública importante, pero con la diferencia que, en el caso que nos ocupa, el ciudadano de lo común con una formación no compleja y unos cursillos -en este caso el magistrado vasco tendría razón, no en lo referente a los epidemiólogos- estaría en condiciones de enfrentarse al episodio agudo. Y sabiendo que la experiencia acumulada en UCI demuestra que la efectividad de la desfibrilación temprana, en la recuperación del ritmo cardíaco eficaz, alcanza el 90% cuando es posible efectuarla en el primer minuto de evolución tras la parada. Y sobre la estrategia a adoptar: alerta, inicio precoz, desfibrilación, soporte vital avanzado. Consiguientemente, proporcionar asistencia in situ con capacidad de desfibrilar en el menor tiempo posible, estabilizar y traslado al hospital… es primordial.

Por todo lo dicho, la Diputación de Ourense, como ayuntamiento de los ayuntamientos, unánimemente aprobó plantearse un plan de cooperación con los ayuntamientos para la adquisición de desfibriladores que se ubicarían en espacios de afluencia de vecinos, infraestructuras deportivas, etc. Y, además, la Diputación imparte formación específica para el manejo por parte de cualquier persona de la secuencia de la cadena de supervivencia y atiende a los ayuntamientos en la formación.

Que valga lo dicho para, en primer lugar, trasladar un mensaje a todas y cada una de las personas que conformamos la sociedad para. 1) Perder el miedo escénico que nos invade cuando ante nosotros aparece un desvanecimiento consecuencia de una parada. Son bastantes las instituciones que imparten cursos para el manejo de la situación. 2) El “efecto Eriksen”, sin que sea precisamente Eriksen el protagonista, debiera ser a los ojos de todos, un accidente sanitario que no resulte desconocido a fuerza de estar preparados, no abriera debate y sólo llamara la atención por el suceso en si.

Parece mentira, pero aun es una realidad, que en no pocos los medios de información se informe del siguiente tenor: “Le impidió al futbolista que tragara la lengua, poniéndolo en posición lateral de seguridad y se le aplicó al futbolista reanimación, etc.” Ante la desinformación, la mejor herramienta es la formación. Y ésta está a tu alcance.

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