Opinión

Macron afronta las dificultades

Aún no ha cumplido un año en el cargo y el presidente de Francia, Emmanuel Macron sufre ya un fuerte descenso de su popularidad por su política de reformas. que le han llevado a enfrentamientos con sindicatos, la universidad, la justicia y distintos sectores que se oponen a sus planes de cambiar el país de arriba abajo, y a su lenguaje duro a la hora de plantear sus propuestas, sin paños calientes en defensa de unos cambios estructurales que llevan, a su juicio, esperando mucho tiempo y que impiden el crecimiento de la productividad en Francia.

La huelga de los ferrocarriles franceses que cada semana paran dos días en contra de la reforma prevista, pese a que ha garantizado que no se privatizarán, es sin duda uno de los últimos problemas que afronta Macron, dispuesto a acabar con los privilegios de los ferroviarios –que pueden jubilarse a los 52 años- y a los que ha advertido que si bien los trabajadores actuales conservarán los derechos adquiridos, no ocurrirá lo mismo con los que se contraten a partir de ahora. Tampoco a los jubilados que cobran más de 1.200 euros les convence la subida de sus aportaciones fiscales cuando están demandando no perder poder adquisitivo.

Ocurre que a pesar de tener una especie de gobierno de concentración con ministros que preceden tanteo de la derecha como de la socialdemocracia, sus políticas se asocian con las de la derecha liberal, que es la que informa la mayor parte de sus decisiones económicas. Macrón es el ejemplo de político del que se sabe que va a emprender grandes reformas estructurales, que le votan por sus propuestas, y que luego se enfrenta a las protestas porque se consideran excesivas y perjudiciales para un país en el que la protección social constituye una de sus señas de identidad.

En las causas del descenso de su popularidad se unen tanto las cuestiones internas como la falta de resultados en otro de los grandes pilares de la que pretendía que fuera su acción política, el fortalecimiento de la idea de Europa. La situación vivida en Alemania con las dificultades para formar gobierno hasta que se impuso la gran coalición de conservadores y socialdemócratas ha retrasado todos sus planes, que solo a partir de ahora podrán comenzar a estudiarse, aunque algunos chocan con los intereses alemanes y ambos gobiernos son cuidadosos porque sienten el aliento en el cogote de la oposición populista de ultraderecha.

Además el presidente francés se ha comprometido con Estados Unidos a lanzar un ataque contra posiciones sirias tendente a destruir su capacidad de producir armas químicas como las empleadas contra la población civil en la localidad siria de Duma. Macron está decidido a emprender esta acción militar para hacer ver a Bachar el Assad que en la guerra “no todo está permitido”. Las consecuencia del ataque, so se produce, están por evaluar.

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