Durante estos días las noticias se hacen eco del aumento en el número de ingresados y de fallecidos por covid, sabemos por ello, en qué estado de la pandemia estamos e incluso podemos calcular si tenemos más o menos probabilidad de infectarnos. Pero hay otra pandemia que muchos no quieren ver, no porque nos falten medidas y números si no, porque en cierta medida, somos como el avestruz y ante cada vez más datos y proyecciones de temperaturas, precipitaciones, sequías etc... seguimos negando ya no solo el cambio climático, sino lo que es mucho peor, sus efectos en la salud.
Durante esta semana hemos asistido al bochornoso espectáculo, en el que el alcalde de la tercera ciudad de Galicia convocaba una rueda de prensa en plena ola de calor en un momento de temperaturas superiores a los 40 grados poniendo en riesgo no sólo su salud , si no la de los medios de comunicación que debían estar allí presentes. Los resultados de la investigación sobre el cambio climático demuestran que el aumento en la frecuencia, duración e intensidad en las olas de calor tienen consecuencias para la salud y la comunidad científica lo dice alto y claro: El cambio climático mata.
Y, cuando ignoramos las advertencias de las autoridades sanitarias y con 43 grados salimos en los medios de comunicación como si nada pasase en nuestra salud e intentado vender que somos únicos por las altas temperaturas como algo de lo que presumir se transmite el mensaje de “ es verano y es normal que haga calor” o “ en Ourense estamos adaptados” y permítanme decirles que no es así. En cuanto la temperatura exterior supera los 36,5º C el cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos para regular su temperatura corporal intentando mantenerla en un valor adecuado para que puedan tener lugar todas las reacciones químicas y biológicas que permiten nuestra existencia. Cuando esto sucede, sometemos al cuerpo a un estrés que afecta a nuestra salud y que pone en riesgo, en determinados momentos, su supervivencia, tanto mayor, cuanto más aumenta la temperatura.
Las condiciones de funcionamiento de nuestro cuerpo no se pueden cambiar, son las que son, por lo tanto la adaptación no está en nuestro cuerpo si no que es necesario llevarla a cabo en nuestro entorno. Por ello, hoy más que nunca, ante una sequía alarmante y una ola de calor que ha batido todos los records pidamos como en pleno inicio de la pandemia por la covid la puesta en marcha de medidas urgentes y no palabras dichas a un aire a 43 grados de temperatura.
