Opinión

"Y por la noche, saldremos los-las de siempre"

Me sorprendieron los más de cien metros de cola que accedía al teatro. La verdad es que me sorprendió todo. También, conocer generosos y entusiastas fans o coincidir con gente conocida que venía ex profeso desde Ourense: “Le vimos en el principal, en Vigo y no sé en cuántos sitios más”. Era cierto, Nacho Vegas debía tener una parroquia importante; desde hace no pocos años. A pesar de eso, yo no lo conocía.

El escenario, vacío, era ya toda una premonición de que aquello iba a tener una esencia intimista, un trabajo comedido, tácito. Así fue finalmente, con unos momentos instrumentales muy potentes por parte de la guitarra principal. El resultado fue excepcional. Repito: un agradable descubrimiento que desde ahora nutre mis listas de Spotify. El personaje tiene la pose del músico outsider, atormentado, roído por la vida. Pocas palabras, las justas para presentar al resto de su banda;  apenas un “buenas noches” y un “adiós”, junto a someros agradecimientos a “vosotros, vosotras”. Y otra vez, de nuevo … “vosotros y vosotras”... Lo entendí después, cuando me acerqué a alguna de sus entrevistas y textos que circulan por ahí.

Pocos artistas hay que limiten su motivación política al momento de ir a las urnas, y  pocos colectivos como éste resultan más reivindicativos políticamente. El arte de la neutralidad les resulta ajeno. Nada que objetar, por cierto. Como no hay nada que objetar a quienes critican esa misma actitud. Nacho Vegas forzaba claramente esas expresiones. “Vosotros, vosotras”. Lenguaje inclusivo impostado, porque en el resto de sus sucintas palabras, esas que se pronuncian con más espontaneidad, utilizaba el normativo. Es decir, aquél que se encuentra firmemente asentado en nuestra lengua y que no supone discriminación alguna.

Puestos a ello, ¡habría que profanar tantas maravillosas letras! Incluidas por supuesto las suyas: “Y unos me llaman chaval/ Y otros me dicen caballero/ Alguno –alguna- no se ha querido pronunciar/ …”. Pero ruego que no se haga. Se puede cantar como acto político, para posicionarse y cuestionarse cosas. Sin ir más lejos, yo mismo escribo para cuestionar lo que me parece oportuno. Y cuestiono que se utilicen piruetas y estrategias ridículas para evitar el uso genérico del masculino. Es cierto que el leguaje tiene ciertas pautas machistas que habría que ir eliminando, pero que no se nos vaya la cabeza. Si yo digo “en mi patio hay muchos gatos”, es evidente que no me estoy olvidando de las gatas, coño. Que disfruten con salud de lo votado.

Te puede interesar