Como se suele decir la realidad supera a la ficción o por lo menos, eso está claro, es mucho más contundente.
Si alguien aún creía que no se mata a nadie por escribir un libro, ahí está el intento de asesinato de Salman Rushdie para aclararnos que sí. Además a lo largo de la historia hay bastantes casos más de autores que murieron por escribir un libro, no necesito citarlos.
Si alguien aún creía que no se mata por leer o poseer un libro volvamos a echarle un ojo a las quemas de libros de la Inquisición, las de bibliotecas en el nazismo, la de Alejandría y otras tantas en las que, aprovechando que el Pisuerga pasaba por Nueva York se quemaba además al autor, o si se terciaba también al lector y al bibliotecario.
Eso por no hablar de las listas de libros prohibidos o censurados por tantas religiones y regímenes políticos. Algo que solo revela la debilidad mental de dichas creencias e ideologías, ya que si un simple libro les da tanto miedo es que son unos mierdas, con perdón.
Que la realidad supera a la ficción es un hecho. La ficción simplemente copia o se inspira en la realidad. Eso lo sabemos todos los escritores, incluso los de ciencia ficción y los de fantasía.
Y sigo.
Si alguien aún creía que “Farenheit 451” solo era una novela distópica de los años cincuenta, un invento delirante de Ray Bradbury, aquí tiene la confirmación de que aquella historia imaginada era real.
El otro día vi uno de esos “memes” a veces tontos o no, de internet que me pasó un amigo. Era una imagen con una señora de espaldas haciendo una pintada en una pared con el cubo de pintura en una mano y la brocha en la otra. La pintada decía así: “Ellos tienen a Franco en Mingorrubio, nosotros tenemos a Lorca en todas las bibliotecas del mundo”.
Yo que he sido pintor, ilustrador y fotógrafo, nunca me he creído esa típica frase “una imagen vale más que mil palabras”. En realidad es al revés porque para expresar esa idea no vale una imagen, hacen falta siete palabras.
Hay un diálogo precioso que no voy a buscar ahora porque me daría mucho trabajo encontrarlo, creo que está en “La Nueva Melusina y otras Historias” de Goethe. Es un diálogo entre un rey y una serpiente, lo cito de memoria así que no será exacto y puede que me invente cosas sin querer. Sorry. Va.
-“¿De dónde vienes? -preguntó el rey.
-De las simas, donde habita el oro –contestó la serpiente.
-¿Y qué brilla más que el oro? -preguntó el rey.
-La luz -contestó la serpiente.
Entonces el rey volvió a preguntar por tercera vez.
-¿Y qué ilumina más que la luz?
Y la serpiente respondió:
-La palabra.”
O sea que como le dijo alguien una vez a otros talibanes, unos más de casa: venceréis, pero no convenceréis.
