Opinión

AMLO, PS, PC, IDA...

La prensa escrita tanto en papel como en internet está adquiriendo la costumbre de emplear siglas para los nombres de personas, no sé si por ahorrar papel o por ahorrar tiempo o espacio. 

 Así por ejemplo, Antonio Manuel López Obrador el actual e impresentable presidente de México ha pasado a ser AMLO, un acrónimo difícil de pronunciar; con las mismas a nuestro presidente del gobierno Pedro Sánchez lo encontramos en decenas de artículos, cada vez más, como PS, algo que suena a un documento de internet del tipo JPG o TIFF; otro, el jefe de la oposición en nuestro país en lugar de llamarse Pablo Casado ahora se llama PC, lo cual es fantástico y le encantaría al difunto Santiago Carrillo, aquel hombre que no logró hacer de España un país comunista pero consiguió algo mucho más difícil, que los fumadores no nos creyéramos que por fumar te vas a morir joven, y por último Isabel Díaz Ayuso, que está pasando en la prensa escrita a ser IDA, lo cual casa muy bien con su cabeza y sus opiniones. 

 Podría poner más ejemplos pero ya saben... para muestra vale un botón.

 El caso es que estamos acostumbrados a muchas siglas desde siempre como Inem, INE, RAE, SS (aquí me refiero a la Seguridad Social española, no al cuerpo policial nazi de los años treinta), ICEX, CEOE, OVNI, RTV, Concapa, BOE, ONG, ONU, y así podríamos seguir un buen rato. Utilizamos cientos todos los días.

 A propósito del acrónimo SS y aunque no venga muy a cuento con el tema principal les contaré algo curioso que no sabe mucha gente. En los años treinta en Alemania la marca ERIKA de máquinas de escribir fabricó y puso en circulación varios modelos de máquina que incluían en el clásico teclado QWERTY que todos conocemos una tecla SS a mayores, para abreviar tiempo en la escritura de los comunicados oficiales del ejército, la policía y los servicios públicos de los nazis. Lo sé porque la he visto, unos amigos míos tienen una.

 Vale, vuelvo al tema, que tengo la costumbre de irme por las ramas como un monillo. Perdonen.

 Lo de reducir los nombres propios de personas a acrónimos es nuevo y me da que empieza a ser una pandemia peor que la del covid. 

 Los acrónimos son útiles y necesarios pero llevados a este límite, el de los nombres de las personas, se están convirtiendo en una especie de emoticonos del lenguaje un poco burlescos. Creo que nos vuelven más estúpidos y más ignorantes. Yo abogaría porque deje de hacerse eso ya, y que se escriban los nombres de las personas como son, con todas sus letras, mayúsculas, minúsculas y acentos correspondientes. De otro modo yo acabaré convertido un día en VMGG, lo que parecería una broma casi graciosa. Pues la verdad, a mí no me hace gracia. Prueben ustedes a convertir su nombre en un acrónimo así y vean qué les sale. Después me dicen.

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