Opinión

Cartas desde Bovinia

Como parece haberse calmado la polémica del ministro Garzón y el asunto de las granjas, he recordado un cuento mío de hace años que se titula “Cartas desde Bovinia” y consiste en una serie de cartas escritas por vacas. Aquí va una.

De Rosaura Martín (frisona de competición, Lugo, España) a Millie Shorthorn (cárnica de competición, Hampshire, England).

Querida Millie:

Nos ha alegrado mucho recibir tu carta, ¡hacía tanto tiempo que no teníamos noticias tuyas! Yo la leo a menudo en voz alta en el prado y así nos imaginamos todas que estás aquí, con nosotras, bromeando y riendo todo el rato. Estamos deseando que vuelvas, nos lo pasamos tan bien juntas. Ojalá que te seleccionen otra vez para la feria ganadera de este año y podamos volver a vernos. Nunca olvidaré la cara que puso Mrs. Aberden Angus, la representante de Escocia, el año pasado cuando vio que tú te llevabas el primer premio. Si los cuernos no le hacían chiribitas fue porque no tenía, ¿recuerdas? Lo que nos hemos reído con aquello.

Me alegro de que todo te vaya bien en Inglaterra. Dicen que los pastos ahí son estupendos.

Aquí, en nuestra granja, las cosas siguen igual. Ya sabes como es esto: siempre lo mismo. Ahora nos dejan salir más horas al día y la hierba está buenísima en esta época del año. Eso sí, el pienso sigue siendo igual de malo.

No hay muchas novedades.

La Tudanca ha vuelto a Cudillero. Sabes que siempre estaba con eso y al fin lo consiguió. La semana pasada nos escribió y nos mandó unos frixuelus. Y Tom Hereford está cada día más ido. Nadie sabe bien lo que le pasa, la verdad. El otro día la emprendió a cornadas con un grupo de pollos y fue castigado por el granjero a permanecer en el establo tres días. A mí me pareció un poco injusto y excesivo, porque los pollos a fin de cuentas no sufrieron ningún daño, aunque se llevaron un buen susto, eso sí. Tom está muy susceptible y nervioso. A veces me da un poco de pena. Es un buen muchacho... y tan guapo. Siempre me pregunta por ti, y si vas a volver pronto. En fin.

La señora Jersey murió hace dos meses. En los últimos tiempos se quejaba de unos fuertes dolores en la espalda, pero el veterinario no le encontró nada. Sé que la noticia te apenará, pero te diré que se fue dulcemente, de noche, y yo creo que sin sentirlo. Seguro que estará ahora soñando por fin, como decía ella siempre, con sus hermosos y añorados campos verdes junto al mar azul del Canal.

Y por lo demás, no tengo otra cosa que contarte de momento salvo que la pequeña Gertrudis, que es una santa bien lo sabe Dios, se acuerda mucho de ti, sigue creciendo y está cada día más hermosa.

Recuerdos y besos de su parte.

Tu amiga Rosaura que te quiere,

Rosaura Martín.

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