Opinión

Sobre hielo

Yuzuro Anyu es un chico japonés de diez y nueve años que ha ganado la medalla de oro en patinaje artístico en los juegos de invierno de Sochi la semana pasada.

A pesar de dos espectaculares y lamentables caídas al principio de su programa, Yusuro supo demostrar en el resto de su intervención un poderío y una calidad artística tal que se puso en primer lugar en la puntuación y al hacerlo desplazó al cuarto a nuestro Javier Fernández, que llegó a tener oportunidades para una medalla. No pudo ser. Así que al final nos quedamos sin medalla aunque nos quedamos también eso sí, con el fabuloso Javier al que aún le queda mucho por hacer. Ojalá que lo consiga todo.

Un detalle muy bonito que he observado siempre en el patinaje artístico es que los espectadores sufren la caída de un contrincante con el mismo dolor, decepción e intensidad que si se hubiera caído su favorito. Eso me encanta. No ocurre en todos los deportes.

El patinaje sobre hielo es una disciplina rarísima cuya interpretación, como la de algunos otros deportes, tan solo entienden los jueces. A veces casi parece poesía. De hecho es una mezcla de arte, música, danza y teatro, no solo deporte. A mí me gusta mucho el patinaje, pero cuando lo veo me doy cuenta de que no tengo ni idea de lo que significa. Si los o las comentaristas hablan de "triple Axel", "Lutz" o algo así, sé que estoy ante un tema que se me escapa, así que he estado informándome un poco.

Los nombres de los saltos suelen ser los de quienes los pusieron en práctica por primera vez. Además, y según parece, los jueces cuando puntúan lo hacen no solo según la dificultad, y la perfección de la danza, sino también valorando un montón de factores que los profanos ni siquiera podemos soñar. Un patinador no es un clavadista que da tres vueltas, las contamos y sabemos que ha hecho un triple. No. Un patinador salta sobre el pie izquierdo y aterriza sobre el derecho después de lo que parecen tres giros y eso no es un triple, sino un doble y medio. Un patinador emplea el patín con una determinada inclinación sobre el hielo y a eso el juez le da una puntuación y no otra. Es como una especie de secta en la que solo los adeptos entienden las normas.

En esta España atestada de noticias de corrrupción, alcaldes que roban, políticos que mienten y se aprovechan del cargo y banqueros que estafan a la gente, a mí los chicos y chicas del patinaje sobre hielo, muchos aún adolescentes, me parecen héroes, magos ¿qué quieren que les diga? Ocupados en hacer lo suyo. Sin más. Simplemente. Patinando. Solo para que quede bien. Solo para que quede bonito. Echándole un montón de horas a su trabajo para que los demás, nosotros al igual que ellos, nos sintamos por un momento cerca del cielo.

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