Opinión

Hombres vírgenes

Una joven escritora británica, Laura Bates, ha escrito un libro que se titula “Los hombres que odiaban a las mujeres”, recientemente publicado en castellano por la editorial Capitán Swing. 

El libro, aun no lo he leído, trata sobre grupos de “incels” (involuntarios célibes), unos tipos que incapaces de ligar con nadie y siendo vírgenes, se dedican a fantasear por internet o wasap y no solo fantasear, con violaciones, actos de desprecio, sometimiento y abuso a las mujeres, e incluso llevados por sus torturadas mentes sobre crímenes y asesinatos del sexo opuesto, cosas que justifican y les parecen normales.

Curiosamente hace unos años yo, llevado por una fascinación morbosa, empecé a escribir un libro sobre un personaje que descubro ahora gracias a Laura Bates resulta ser uno de los ídolos de esos grupos de “incels”: Elliot Rodger. 

Elliot Rodger era un chico rico de Hollywood. Su padre fue el director de la segunda parte de “Los juegos del hambre” y su madre era asistente de George Lucas. Este muchacho adolescente un día por la mañana salió de casa armado en su cochazo de alta gama y se cargó a seis chavales/as a tiros, e hirió a unas cuantas personas más antes de ser abatido por la policía. Los chavales fueron un daño colateral, su objetivo eran las chavalas.

Como Elliot llevaba una especie de videodiario en el que se grababa hablando y reflexionando acerca de su odio hacia las mujeres, el personaje me resultó alucinante.

Yo había pretitulado mi libro con el mismo título de su videoblog y casi testamento: “Mi torcido mundo”, que parece ser ahora es un hit admirado entre estos “incels” actuales.

En aquel momento creé una serie de carpetas en el ordenador en las que mientras escribía la historia fui guardando toda clase de textos, vídeos, fotos del chico (casi todo borrado después o eliminado de internet por su familia) que aun yacen ahí en los sótanos de mi Mac. Hasta que abandoné la novela por cansancio. Como todo estaba en inglés me costaba mucho leerlo, traducirlo, entenderlo correctamente y convertirlo después con la escritura en la historia que yo quería, así que mi libro se quedó a la mitad.

Pero sí recuerdo la esencia. Era esta: “Nunca me ha besado una chica. Nunca he bailado con una chica. Las mujeres me desprecian y yo las odio por eso.”

Lo fabuloso del personaje aparte de que era un psicópata asesino, es que Elliot era muy guapo. No hay más que verlo. Y tenía pasta y libertad a espuertas desde crío, un niño super rico de Hollywood. Entonces ¿cómo es que no ligaba nada? Pues según él porque era bajito (su madre era china) y las chicas guapas del insti lo veían como un mosquito indeseable y molesto en contraposición a los altos cachas del equipo de rugby del cole. Según él, ya digo. 

¡Uau! Elliot quería que le dieran un beso, un beso enamorado, y... nadie se lo dio nunca.

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