Opinión

No hay recetas

Como tengo redes sociales desde que empezaron, Facebook, Twitter, Linkedin, Blogs, Web, etc., y otras menos conocidas, y como tengo un ordenador encima de la mesa desde aquel primer y absurdo Sinclair de los ochenta, enseguida me pasé a Mac, suelo ser creo yo bastante enamorado, y también al mismo tiempo bastante escéptico con todo esto.

Actualmente como escritor estoy conectado a internet ocho horas diarias, o sea como una jornada de trabajo normal, vamos.

Lo que nunca me ha gustado es el teléfono, tal vez porque como estoy todo el día en internet cuando salgo a la calle quiero ir con las manos en los bolsillos y hablar con la gente. Nunca me gustó hablar por teléfono, ni siquiera cuando los teléfonos solo eran fijos. Y por cierto si lo recuerdan eran muy, muy fijos. Tuve un smartphone con wasap y todas esas aplicaciones durante quince días hace varios años y lo tiré a un cajón y volví a un móvil convencional. Solo llamadas y SMS, el resto no me interesa.

Lo de los teléfonos fijos cuando éramos chavales llegaba al punto de que un íntimo amigo mío que es de Ferreira de Pantón (Lugo) cuando lo llamaba en nuestra adolescencia salía una operadora y yo tenía que decirle a aquella chica: “Me pone con el número dos, por favor”. Y supongo que ella conectaba un cable con otro y me pasaba con la casa de mi amigo, el número dos del pueblo.

Pero me encanta internet. Me parece una maravilla a la que pese a sus problemas y defectos, estamos asistiendo los de nuestro tiempo como a la invención de la imprenta.

Actualmente vivo solo, así que he adquirido la absurda costumbre de consultar recetas de cocina por internet la noche anterior para ver qué voy a hacer de comida el día siguiente.

Cocino bien, no una cocina en plan Master Chef ni nada de eso, aunque puedo hacer algunas cosas así de alta cocina, sino que cocino bien en plan clásico gallego, caldeiradas, guisos mariñeiros, arroces, etc.

No voy a curiosear recetas en internet para saber cómo se hacen, no lo necesito, sino que solo lo hago por curiosidad, un poco por entretenimiento y porque alguna puede aportarme una novedad que podría aplicar en mi plato.

Pues bien. He descubierto que cualquier receta puede encontrarse en internet. Y me explico. Si usted se inventa un plato imaginario y aparentemente imposible como sacado de Alicia en el País de las Maravillas, por ejemplo: “Hígado de pato con garbanzos caramelizados, salmón al vapor, arroz basmati frito y lechuga hoja de roble esferificada, decorado con pétalos de lirio y cardamomo nepalí”, tecléelo en Google y le aparecerá una receta. Siempre hay un tipo al que se le ha ocurrido eso antes. Es sorprendente.

Eso es lo fabuloso de internet. Que nos muestra que todos somos iguales, todos somos distintos, todos somos lo mismo... y todos somos nada.

Te puede interesar