Opinión

Roe contra Wade

Con la reciente sentencia en Estados Unidos sobre el aborto no dejamos de ver todos los días en la prensa y los medios referencias a otra famosa sentencia de la Corte Suprema, la del caso Roe contra Wade de 1973.

Sin embargo hablando con amigos he descubierto que casi ninguno sabe qué es eso (unas cuantas amigas sí, todo hay que decirlo), así que voy a intentar explicarlo brevemente, a ver si lo hago mejor y más resumido que la Wikipedia.

Roe que no se llamaba Roe, este era un nombre ficticio empleado por sus abogadas, sino Norma McCorvey, se quedó embarazada de su tercer hijo y quería abortar, pero vivía en Texas donde el aborto era ilegal. De hecho Texas sigue siendo el estado más restrictivo del país en este tema. Así que Roe presentó una demanda contra Henry Wade el fiscal del distrito, un prohibicionista, alegando que la prohibición del aborto era ilegal según la constitución de los Estados Unidos. 

El tribunal de distrito falló a favor de Roe que en su demanda entre otras cosas alegaba que el embarazo había sido producto de una violación. Pero a Wade estas cosas le importaban un pito así que apeló y apeló y siguió apelando hasta llevar el caso a la Corte Suprema, que una vez más falló en favor de Roe, esa es la famosa sentencia del caso Roe vs Wade de 1973 que, amparándose en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución Americana (derecho a la privacidad), garantiza que una mujer puede decidir si continuar o no con un embarazo y por tanto las leyes prohibicionistas de cualquier estado son anticonstitucionales. A todo esto y para redondear el final, a lo largo de este proceso que duró muchos meses Roe dio a luz a su hija que poco después entregaría en adopción.

Bueno, pues ya sabemos la historia. No sé si les sugiere algo a ustedes, a mi sí.

La reciente sentencia de este 24 de junio de 2022 deroga la de Roe vs Wade de 1973 alegando que la Constitución Americana no reconoce en ningún sitio el derecho al aborto. Algo así como alegar que la constitución no reconoce montones de cosas distintas en ningún sitio. Una obviedad.

Muy interesantes resultan algunas reflexiones que adujeron los únicos tres jueces progresistas que estaban en desacuerdo con la sentencia. Por ejemplo esta: “Siendo así desde el momento de la concepción una mujer pierde sus derechos y el estado correspondiente puede forzarla a continuar con su embarazo.” O esta otra: “Respetar a la mujer como ser autónomo sustancialmente significa concederle la opción de elegir sobre las consecuencias más personales de su vida.”

Como apunté más arriba, no sé si todo esto les sugiere algo a ustedes, a mi sí. No necesito volver a leer otra vez “El cuento de la criada” de Margaret Atwood, porque lo veo en las noticias de la tele cada día. Ya está aquí.

En fin, ¡salud y libertad!

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