Opinión

YES, WE SCAN

Por si no lo teníamos claro a estas alturas, el caso Snowden está poniendo negro sobre blanco el hecho de que ni un solo gobierno en todo el planeta, el nuestro tampoco por supuesto, tiene la mínima decencia. Ni el pundonor suficiente como para defender la libertad de expresión, por mucho que se les llene la boca a nuestros jefes de estado con declaraciones ad hoc cuando tocan aniversarios, homenajes y cosas parecidas. Menudos encorbatados mentirosos. ¡Qué lejos quedan aquellos grandes hombres que nos contaron cuando éramos pequeños como Lincoln, Churchill y otros parecidos! Empiezo a sospechar que también esos nos los contaron mal y en realidad eran iguales a estos.


La acusación de espionaje que ha hecho el gobierno de los Estados Unidos contra Edward Snowden, si no fuera por el peligro que entraña para la seguridad de ese joven, roza el ridículo y entra de lleno en el humor más absurdo: los espías acusan de espionaje a quien los descubrió. Genial. Parece el guión de una película de Peter Sellers, La Pantera Rosa o algo así.


Snowden, que ha reaparecido la semana pasada en el mapa y cuando escribo este artículo vuelve a estar desaparecido, está a la espera de que algún país se decida a darle asilo. Se lo ha pedido a veintisiete, pero solo han contestado cinco: Rusia, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador. Si se lo da alguno de los cuatro últimos será por fastidiar al gobierno de Obama, pero no porque crean en la libertad de expresión, claro. Y al primero la libertad de expresión también se la trae al pairo. Ya se ve.


El espionaje masivo de millones de correos y conversaciones telefónicas tiene también un punto idiota. ¿Qué demonios piensan hacer con eso? Supongo que tendrán clasificados miles de 'te mando un besito', 'mañana nos vemos', 'wapo, te quiero', o 'no, que está mi mujer'. Si la CIA se dedica a eso, no quiero ni pensar a qué se dedican los servicios de inteligencia españoles.


En mi caso confío en que hayan tomado buena nota de todas las páginas porno que he visitado en los últimos meses, porque me gustaría volver a alguna en concreto y he perdido la dirección. Voy a pedirles el listado. Ahora mismo les mando un e-mail. Aunque quizá no haga falta; seguramente ya saben que lo quiero.


Internet está lleno de chistes alusivos al tema, algunos muy ingeniosos como el que da título a esta columna, que parafrasea la frase de campaña de Obama 'Sí, nosotros podemos' (Yes, we can), convirtiéndola en un 'Sí, nosotros espiamos' (Yes, we scan). En realidad escaneamos, pero para el caso es igual.


Pero el mejor de todos me lo contó la semana pasada un amigo, Pepe Fernández. Es una viñeta que circula en internet en la que un niño pequeño le dice a Obama:


-Mi papá dice que usted nos espía.


Obama se inclina hacia él y le contesta muy tranquilo:


-No es tu papá.

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