Opinión

REGRESO AL FUTURO DE BANKIA

De todos es sabido que la última del año es la semana más insulsa de cuantas componen el ya tradicional rally bursátil de Navidad, que se extiende -por lo general- desde la tercera de diciembre hasta la primera de enero, ambas incluidas. La proliferación de jornadas festivas reduce el número de sesiones. Y lo mismo consigue, en las que se mantienen operativas, el ansia de dar por vencido el ejercicio con el volumen negociado. Sin referencias de calado, ni en lo macroeconómico ni en lo estrictamente corporativo, los operadores dedican su tiempo a redefinir la composición de sus carteras y a diseñar estrategias de inversión que prometan éxito en el siguiente ejercicio. O, simplemente, a descansar y disfrutar, también, de la magia navideña.


Ésta de 2013 contaba, sin embargo, con un pequeño aliciente: la reincorporación de Bankia entre los 35 valores que componen el ÍBEX. Después de un año en el purgatorio financiero y aún pendiente de resolver lo que promete convertirse en un calvario judicial, la compañía reunía factores más que suficientes desde el punto de vista técnico para regresar al selectivo. Así, su capitalización, hoy situada en el entorno de los 13.400 millones de euros, multiplica por más de diez el mínimo exigido para formar parte del índice, que es de 1.200 millones. Y de igual modo sucede con sus indicadores de negociación y, en consecuencia, de liquidez: por volumen diario negociado, el llamado a convertirse en el primer banco de la nueva banca ocupa el decimoquinto lugar entre todos los cotizados, por delante, incluso, de estrellas del sector como CaixaBank.


El regreso de Bankia suma mayor profundidad y visibilidad -nacional e internacional- al valor. Y sitúa de nuevo en el escaparate, aunque esta vez por otros motivos, al sector financiero español. Casualidades al margen, el acontecimiento coincide con el fin del rescate bancario, acordado por los ministros de Economía de la eurozona tras la última visita de la troika, y con la venta y privatización de Novagalicia Banco. Todo lo cual cierra, sólo de manera simbólica y a la espera de saber cómo se resuelve el futuro de Catalunya Banc, un capítulo tremendamente oscuro de la historia reciente del sistema financiero de España.

Te puede interesar