Opinión

Calambrazo

L a audacia con la que se impulsó Pedro Sánchez para alcanzar la Presidencia del Gobierno, a pesar del lastre de una parte del PSOE, lo puede acabar despeñando contra la realidad en un momento en el que podría estar de gira subido a los planes de vacunación y de recuperación con fondos europeos como una estrella pop para ir encauzando la reelección. Y la culpa ya no será del finado Pablo Iglesias, en términos políticos, ni de las zancadillas de Podemos, sino de la incapacidad de alguno de sus ministros y, sobre todo, de sus vicepresidentas, con las excepciones de Nadia Calviño y de Yolanda Díaz, que son conscientes del paisaje social y económico, aunque cada una a su manera.

La moción en Murcia con la ciudadana Inés desencadenó el sopapo propinado por Ayuso al adelantar las elecciones en la Comunidad de Madrid. Al estratega Iván Redondo, jefe del Gabinete de Sánchez, le falló la bola de cristal y acabó rescatando a un Casado que boqueaba por inercia, pero ahora al Ejecutivo se le están viendo las costuras. Ni siquiera fueron capaces de ponerse de acuerdo para ofrecer la misma versión sobre las razones que hicieron que el avión medicalizado que trasladó a Argelia al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, despegase desde Pamplona y no desde Logroño, donde estaba hospitalizado. 

Tampoco será la ayuda humanitaria prestada con el mosqueo de Marruecos o el previsible indulto a los encarcelados por el procés asuntos que agoten el crédito electoral de Sánchez. Un tema tan grave como la imputación de María Dolores de Cospedal por el espionaje de Estado a Bárcenas en el "caso Kitchen" no contrarresta el calentón de la peña con las últimas decisiones y anuncios del Gobierno como un peaje en las autovías. Los ánimos llegarán al punto de ebullición cuando haya que apoquinar la factura de la luz el próximo mes, sobre todo porque nadie ha sido capaz de dar una explicación convincente más allá de la patochada del "temazo" de género con el que se escaqueó Carmen Calvo. Curioso el apagón sindical sobre el calambrazo. Las condiciones de la desescalada que pretende imponer Sanidad con la pandemia encaminada soliviantan, con razón a Galicia, Madrid, País Vasco, Castilla y León y Andalucía. Chispas en la hostelería.

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