Los números también se pueden retorcer hasta que canten lo que quieras, sobre todo si se trata de las cifras del paro. Según el balance publicado ayer por el Ministerio de Empleo, Galicia cerró el año con 17.600 cotizantes más y 22.894 desempleados menos, a pesar de que en diciembre se incrementaron en 2.360 los parados porque la campaña navideña no tiene el mismo tirón para el turista que otras zonas costeras. ¿Es un buen dato? Pues depende, y no se trata de una gracia para describir el latido que bombea a esta tierra de aristas, de artistas y de grandes emprendedores, como bien saben en otras partes. Sobre el papel, menos paro es más bienestar, siguiendo la frase acuñada por Ludwig Mies van der Rohe para despojar la arquitectura de artificios innecesarios. Pero menos también puede ser menos o no tanto. Seguimos a la cola de la creación de empleo en España.
Que haya 17.613 nuevos cotizantes en Galicia es un dato positivo, aunque si a una gran mayoría en vez de cotizantes los llamamos autónomos que las pasan canutas para ganar un salario digno, no estaríamos contando mentira alguna. La historia se repite con más frecuencia de lo que pueda parecer. Un tipo se queda sin trabajo, capitaliza el paro para montar un negocio y al año se mete el castañazo padre. Pero seamos optimistas y brindemos por el nuevo año y el incremento del 1,86% del número de afiliados a la Seguridad Social. Lástima que no nos comportemos como la media estatal respecto a la creación de empleo, porque entonces tendríamos 13.000 cotizantes más aportando a la buchaca del Estado. Sólo hemos superado a Extremadura, Asturias y Castilla y León.
El economista Venancio Salcines explicó en las redes sociales por qué no crecemos más: "Las causas son varias. La primera es que estamos fuera de la burbuja turística del mediterráneo. La segunda, nuestra población envejecida. Y la tercera, que Galicia aún no es tierra amigable para el empresario. Estamos carentes de empresas y sobrados de políticos que desean que sus administraciones sean perros de presa de todo aquello que huela a iniciativa privada". También hay 524 explotaciones ganaderas menos, pero Salcines ve razones para seguir tirando del carro.
