Opinión

Y sin embargo Besteiro se mueve

José Ramón Gómez Besteiro repite al periodista que le pregunta que está centrado en su tarea como delegado del Gobierno en Galicia y cuando llegue el momento ya decidirá si se presenta a las primarias para ser el candidato del PSdeG a la Xunta, siete años después de que la jueza Pilar de Lara frenase su asalto al sillón de Núñez Feijóo en San Caetano por una denuncia anónima que llegó al PP de Lugo y fue entregada a la Fiscalía por Elena Candia. La vida es imprevisible como la cizaña. La política que mandó al banquillo a Besteiro ve ahora como las encuestas han ido rebajando sus expectativas para llegar a la Alcaldía de Lugo desde que la causa fue archivada y la carrera política del señalado restituida con el nombramiento hecho por Pedro Sánchez.  

Besteiro argumenta estar ocupado en tomarle las medidas al nuevo cargo en la ronda de entrevistas a las que se ha sometido. Y sin embargo se mueve –eppur si muove–, según decían que dijo Galileo para mandar cuerpo a tierra el heliocentrismo y librarse así de la Inquisición. La alcaldesa de Lugo, la socialista Lara Méndez, le agradeció ayer que eligiese la ciudad en la que fue concejal y desde la que presidió la Diputación para realizar su primera visita institucional como representante del Ejecutivo central en Galicia. Pero antes de pasearse por Lugo sin arrugas judiciales y de tirar de la peli ‘Casablanca’ para restar importancia a la ausencia de disculpas por parte de Elena Candia –”¿Me odias, Rick? A lo que Bogart responde: ‘Si llegara a pensar en ti algún día, probablemente te odiaría”–, Besteiro se plantó en Vigo el miércoles de la semana pasada para reunirse con Abel Caballero sin que el encuentro apareciese en su agenda pública o en la del regidor.

“Y Abel lo recibió y lo recibirá siempre con los brazos abiertos y después lo utilizará para atizarle a Rueda, pero la principal debilidad de Besteiro para ser el candidato es Caballero”, comenta un veterano socialista. “El PSdeG nunca tuvo tantos candidatos, ya que están Formoso que no quiere, Besteiro que no lo dice y Miñones, el ministro de Sanidad, que no se sabe. Y por una vez esto no es malo, ya que son sólidos”. Besteiro apareció sentado con dos señoras que pasaban y lo saludaron en la foto de la entrevista en ‘La Voz’. Se mueve. 

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