Opinión

Galicia a toda costa

Será por la cercanía de las elecciones municipales o por las nuevas caras en el puente del mando del PPdeG y del PSdeG, pero ayer dio la sensación de que la política gallega podría alejarse del griterío para estudiar las posiciones del adversario. En la misma mañana la Xunta de Alfonso Rueda aprobó declarar bien de interés cultural (BIC) la Casa Cornide de A Coruña, en manos de lo herederos del dictador Franco, como reclamaban desde hace años socialistas y nacionalistas; el presidente gallego se comprometió a “cumplir” la ley del vivienda del Gobierno central aunque no le gusta y analizará el recurso ante el Tribunal Constitucional; y en la reunión semanal del Consello dio luz verde al anteproyecto de ley de ordenación del litoral que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, consideró “casi una declaración de independencia”.

Con la presencia esta tarde en A Coruña de Pedro Sánchez para arropar la presentación de la candidatura de Inés Rey a la Alcaldía, el secretario xeral del PSdeG, Valentín González Formoso, pudo entrar a cuchillo en el asunto del litoral para no desagradar al presidente del Gobierno, pero prefirió anteponer los intereses de la tierra a los de su partido en Madrid.

Formoso se comprometió a aportar mejoras al texto y apoyar en el Parlamento una iniciativa que “pretende dotar a Galicia de una herramienta legal para preservar el litoral y a un sector de la cadena mar-industria que alcanza más de 40.000 personas y un PIB de 9.000 millones de euros”. Lo respaldan los regidores socialistas de los municipios costeros, pero reclamó “diálogo para consensuar la seguridad jurídica” apelando a que “sería un error comenzar con declaraciones de un lado y de otro”. La política constructiva se agradece de costa a costa. 

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