Opinión

O no se enteran o no quieren hacerlo

Las elecciones acostumbran a dejar situaciones políticas curiosas entre los que han recibido la colleja de los electores. Los dos grandes partidos han sido los grandes damnificados pero o no se han enterado o les cuesta reconocer el revés. El descalabro del BNG llevaba tiempo anunciándose. El portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy, aún espera por la felicitación de las otras formaciones políticas gallegas por haber sido la fuerza más votada, sólo que el 24-M se han dejado las diputaciones de Pontevedra y de A Coruña y el gobierno de tres de las siete grandes ciudades. Teniendo en cuenta que en Vigo sigue el socialista Abel Caballero; en Pontevedra el nacionalista Fernández Lores; en Lugo podría repetir el PSOE si se arregla el problemilla de las imputaciones de López Orozco y en Ourense el popular Jesús Vázquez tiene que mendigar el trono, reclamar felicitación por el resultado electoral suena a coña de las malas.

Todo debe de marchar estupendamente. El presidente Feijóo afirmó ayer que ahora lo importante es mantener la centralidad y volver a conectar con la gente que se abstuvo o votó a otras opciones. ¿Cambiando de rumbo en unas políticas que dieron la espalda al ciudadano? Calma. El PPdeG celebrará un congreso extraordinario del que saldrá una ponencia política que ejercerá como tabla de salvación a la que todo el mundo correrá a agarrarse para salir del pozo. Pero si ese documento no lo leen ni los asistentes al congreso.

Digerir la derrota es menos complicado si se puede airear la victoria por mayoría absoluta de Abel Caballero en Vigo y el asalto a la Diputación pontevedresa de Carmela Silva. Parece que estos triunfos no le dejan ver al líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que el futuro no es nada esperanzador para mantener intacta la sana intención de ser presidente de la Xunta. Desplazado a tercera fuerza en ciudades en las que gobernó hasta hace cuatro años, el centenario partido fundado por Pablo Iglesias se conforma con la pedrea. Chirría que ninguno de los responsables del sopapo se haya marchado. Mientras sigan ocupados en fijarse en los votos perdidos por el rival en vez de tapar su rendija, a las mareas y a las aventuras ciudadanas les llega con no romper nada para consolidarse como opción seria. A todo.

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