"Volveremos y no en un póster como Che Guevara", prometió la nacionalista Teresa Táboas a unos trabajadores desolados el día que abandonó la Consellería de Vivenda e Solo tras el sorprendente triunfo del PP de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones gallegas de 2009.
Táboas, que se había sentado en la silla que antes ocupaba Manuel Fraga y ahora calienta Feijóo en los plenos del Parlamento, permaneció después cuatro años en su escaño en el 'Poleiro', como se le llama a la última fila de la Cámara gallega. "Estoy cerca de la puerta por si algún día tengo que marchar", confesó a este chófer de anécdotas durante una entrevista. "La verdad es que empiezo a echar de menos la arquitectura", añadió una mujer que había llegado a la política después de ejercer el cargo de decana de los arquitectos gallegos.
Feijóo había intentado seducirla para su candidatura, pero prefirió subirse al barco del BNG que patroneaba Anxo Quintana. Era de las conselleiras mejor valoradas del Gobierno bipartito y cuando una vía de agua resquebrajó el Bloque, Teresa se enroló con Xosé Manuel Beiras en un nuevo proyecto en el que también estaba Rafa Cuiña, hijo del que fuera delfín de Fraga.
Táboas se descabalgó de la política por razones personales que la obligan a viajar a México, Beiras prefirió bailar con la ferrolana Yolanda Díaz y Rafa Cuiña se sintió traicionado y apuñalado después de haberse jurado amor eterno en la casa de Brión del autor de 'O atraso económico de Galiza'.
Rafa Cuiña se presentó a las elecciones de 2012 por Compromiso por Galicia, de la mano de Xoán Bascuas y Xoán Antón Pérez-Lema y, tras quedarse en unos 15.000 votos en unas elecciones que volvió a ganar Feijóo por mayoría absoluta, continúa adelante con una fuerza nacionalista de centro que aglutina distintas sensibilidades de esta tierra de aristas y también de muchos artistas.
Hace pocas fechas también se dijo en los mentideros de la política que Táboas podría ir en las listas de CxG para las próximas elecciones europeas, pero ni siquiera consta que le hayan hecho la oferta. Es probable que Teresa Táboas ya no vuelva a la política ni en un póster y lo cierto es que se trata de una verdadera lástima por su talento. Al menos para algunos.
