INCENDIOS

La Xunta ve la mano de pirómanos tras otro día negro en A Limia

photo_camera Mujeres combaten la lengua de fuego, ya extinguida, que se acercaba a un campo raso, en el incendio de O Cabreiro, Cualedro.

El incendio en O Xurés, en Calvos, aún no se da por controlado y ayer hubo fuegos en As Queirugás, Sarreaus y Ambía

Una hora antes de que el secretario xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto, descendiera ayer a pie de pista, dos kilómetros más arriba, a la salida del pueblo de San Paio, un hombre detuvo un coche negro junto a la calzada. Eran las tres y veinte de la tarde, el sol zurraba duro. Del otro lado el monte estaba negro por el fuego del día anterior. El hombre plantó lumbre bajo un letrero del parque natural do Xurés.

El incidente no llegó a conato de incendio porque desde un helicóptero vieron arrancar las llamas -y parece que al coche; el Seprona está tras la pista- y soltaron el agua. El incidente, dicen los brigadistas, es un ejemplo que puede explicar lo sucedido en A Limia estos días: "Basta un tipo cun coche é un chisqueiro para volvernos tolos a todos". El miércoles fue Baltar; el jueves, Calvos.

Ayer media docena de fuegos en los cuatro puntos cardinales, aunque más de la mitad no figurarán en las estadísticas. La Xunta informó por la tarde de un incendio en Sarreaus que se declaró a las 16,38 y en el que se perdieron 8 hectáreas. A esa hora, Tomás Fernández-Couto, el secretario xeral, daba cuenta de lo sucedido por la noche en O Xurés. "Es una zona pedregosa, de difícil acceso, muy difícil de apagar. Los medios aéreos se retiraron sobre las diez y media y cuando regresaron, esta mañana, el incendio ya estaba estabilizado". Se quemaron 130 hectáreas de superficie del parque -el siniestro más grave en un espacio protegido, según señaló Verónica Tellado, directora xeral de Conservación da Natureza, también desplazada a la zona-.

Hubo 26 brigadas trabajando a turnos, 12 motobombas, 2 palas, 8 helicópteros y 8 aviones. Anoche todavía no se daba por controlado. El dispositivo tuvo dificultades para utilizar los bulldozer que abren cortafuegos, por las piedras, y las brigadas tampoco pueden actuar en terreno escarpado. "O que se ve aí arriba é un desastre", lamentaba un brigadista. Fernández-Couto fue rotundo: "Llevo medio verano escuchando que si la vegetación, que si el calor... eso no produce incendios. No es un problema de accidentes ni del operativo, que es capaz de controlar los fuegos. Es un problema de la actividad incendiaria". El PSOE asegura que hay maquinaria antiincendios dentro del parque que está averiada.

Ayer, en Queirugás -muy cerca de donde ardió el martes en Tixós o el jueves en O Xurés-, el fuego empezó a las 15,50. A las once de la noche, Medio Rural informó de que el incendio había sido estabilizado y había afectado, al menos, a 20 hectáreas. También hubo fuego al norte de A Limia: un conato (0,2 Ha) en Xunqueira de Ambía que empezó a las 17,31. En A Lamela (Pereiro de Aguiar) se registró un incendio cerca del colegio Miraflores. Al sur, en Riós, entre Fumaces y A Trepa, se quemaron unas 11 hectáreas en un siniestro que se inició a las 17,32 y que quedó controlado hacia la medianoche.

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