Cientos de personas asistieron a las últimas carreras, animadas por los Zés Pereiras y Sugarri
La fiesta se acabó en Allariz. Atrás quedan nueve días de celebraciones multitudinarias, de carreras apasionantes por el casco histórico, con algún que otro susto como la embestida que el sábado vivió un Home do Sedeño, de música en directo, de exaltaciones históricas y de corroborar, con la masiva participación en las actividades infantiles, que el boi esta muy vivo en el sentimiento colectivo de Allariz.
Las celebraciones, tras una larga noche que algunos empataron con la sesión vermú, comenzaron tras los actos religiosos del Corpus. La Treboada dos Zés Pereiras y la charanga vasca Sugarri animaron el pasacalles desde las 13,00 horas, una sesión que se repitió al caer la tarde.
Un vibrante maratón de hora y media de duración permitió ayer a alaricanos y visitantes disfrutar de las últimas carreras con los ejemplares que durante esta semana han participado en las salidas por el casco histórico. Los bois subieron por O Portelo y cruzaron Entrecercas y Cruz, para pasar por las diferentes plazas en las que se aglutinaba el gentío deseosos de ver por ultima vez a los bueyes, antes de su regreso a los pastos de Penamá.
El alcalde en funciones, Francisco García Suárez, que esta semana ha combinado el bastón de mando con el "sedeño" con el que guían al boi por las calles de Allariz, destacaba el buen ambiente vivido durante las celebraciones. García Suarez subrayó, a su vez, que "queda corroborado, co Trato do Boi, a comida campestre ou a multitudinaria procesión de Xan de Arzúa, que a Festa do Boi é máis que as carreiras", en referencia a la apuesta decidida de la Asociación Xan de Arzúa por las actividades y recreaciones históricas.
