MEDIO AMBIENTE

Por un Xurés vivo y rural

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photo_camera Los guerreros de Axuge que trabajaron el domingo para recuperar las frondosas en la ladera de Guende.

Sin grandes focos mediáticos, colectivos de la Baixa Limia se echaban este fin de semana al monte para poner su granito de arena en la recuperación del calcinado Xurés. Una marea verde que supone todo un ejemplo de amor por la naturaleza.

Por un Xurés vivo y rural es el lema que un grupo de voluntarios repetía este fin de semana, a viva voz y por las redes sociales, tras participar en las plantaciones de especies autóctonas en zonas calcinadas en 2017 dentro del Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, en diferentes acciones lideradas por las asociaciones Corga de Barxés, Arnau y Axuge.

Un sacho y mucho amor por su tierra fueron las armas que portaron los dos pequeños ejércitos de voluntarios que, el sábado en Muíños y el domingo en Lobios, llevaron a cabo la plantación de varios cientos de abedules, acebos, castaños, cerezos o robles, principalmente, sacrificando horas de ocio y descanso para recuperar el verde que caracteriza este espacio natural protegido que, año tras año, es pasto de las llamas. Una generosidad y compromiso con la naturaleza que, a la vista de la participación infantil de la "sementeira" de bellotas organizada el sábado en Muíños, no caerá en saco roto.

Ni el frío ni la lluvia restó ilusión al trabajo desarrollado en los alrededores del enigmático Salgueiro, el pueblo llamado a convertirse en el referente ambiental gallego y que hoy permanece abandonado a su suerte por la Xunta (propietaria), o en las pétreas laderas del comunal de Guende, Puxedo y A Cela, en la parroquia de San Paio, donde ante cada golpe incendiario los vecinos responden con nuevas plantaciones, apertura de rutas de senderismo o recuperación del patrimonio.


Héroes anónimos


Seis meses después de aquel octubre negro, los vecinos de la zona recordaban con emoción aquellas horas en las que se vieron solos ante un frente que avanzó descontrolado desde el otro lado de los picos de Fontefría y que, solo en esta zona de la comarca, calcinó unas 5.000 hectáreas de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés.

Entre plantación y plantación, los voluntarios revivieron con tristeza unas horas en las que, sin pretenderlo, se erigieron como auténticos héroes para tratar de salvar el monte y, según avanzaban las llamas, el trabajo de media vida, representado en forma de colmenas, granjas, garajes y mismo viviendas. Una mañana entre los verdaderos guardianes del Xurés sirve para echar por tierra muchos de los planes y normativas que, a priori, deberían servir para proteger a la naturaleza y al ser humano que en ella habita.

Además de las siempre reivindicadas labores de prevención, desde Lobios urgían pistas que permitan facilitar el control de las llamas y el acceso de vehículos a la sierra en caso de incendios. "Que é peor ver unha pista nun parque natural ou ver o monte calcinado como está agora?", reflexionaba un lugareño.

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