La asociación vecinal dedica los beneficios que les da el monte para mejorar espacios y servicios
La mejora de los caminos, el acondicionamiento de los regadíos o la rehabilitación de diferentes elementos del patrimonio etnográfico local (fuentes, lavaderos, pozo, horno,...) son algunas de las actuaciones que se han llevado a cabo en Xordos, un pequeño núcleo de población banduense de apenas 20 habitantes (según el Instituto Galego de Estatística), para mejorar la calidad de vida de los lugareños y, de paso, hacer más atractivo el pueblo para facilitar el asentamiento poblacional.
Los beneficios que les aporta la venta de la madera del Monte Grande II, explica David Pérez uno de los más jóvenes del lugar, ha permitido a la Asociación de Veciños Fieiro, Fonte do Foxo e Pontón llevar a cabo éstas y otras actuaciones dentro de un plan de recuperación progresiva del núcleo, que antaño llegó a contar con más de medio centenar de casas abiertas. "Poco a poco, se pueden hacer muchas cosas", reconoce José Ramón Silva, un vecino que junto a David Pérez y Segunda Martínez, hicieron de guías improvisados de Xordos.
Mirador del Xurés
El núcleo, enclavado en un mirador natural hacia el río Limia y con los picos del Parque do Xurés al fondo, forma parte del itinerario del nuevo Camino Natural de la Vía Nova acondicionado recientemente. "Un dos proxectos de futuro é a creación dun roteiro etnográfico polo pobo, Mirador do Xurés, onde os visitantes poidan coñecer a riqueza etnográfica e natural de Xordos", explicaba David Pérez, en referencia a los distintos elementos del patrimonio tradicional o las cepas centenarias que se conservan en "airas" y caminos. "Fai uns anos veu un grupo da Universidade de Vigo a estudalas, son unha variedade moi resistente ás pragas. Non as sulfatamos e dan uvas todos os anos", asegura David Pérez.
A las administraciones, comentan estos vecinos, ya no les piden dinero sino celeridad a la hora de llevar a cabo expedientes de ruina o abandono que afectarían a muchas viviendas. "Moitos propietarios non fan caso delas, outros marcharon á emigración e non volveron", relata Segunda Martínez, que lamenta como "as silvas van poder con nós".
Por el camino, se suma al paseo y a la conversación Antonio Rodríguez, un emigrante brasileño ya jubilado que tiene en Xordos su paraíso terrenal, quien no dudó en ofrecer sus fincas "para todo aquel que veña a traballar".
