CANSANCIO DE LA DEMOCRACIA

En los últimos meses se ha elevado el tono contra el deterioro que han alcanzado las instituciones.
Se trata de un fenómeno complejo que recibe diversas denominaciones y una de las más socorrida es 'desafección a la democracia'. Diversas investigaciones muestran como la opinión pública entiende que el actual sistema de partidos, y como se comportan los políticos, son una carcoma para la democracia. Para superar esta situación entienden los 'optimistas' que es necesaria una mayor participación de los ciudadanos en la política, la exigencia de una democracia paritaria, el recurso a los 'nuevos movimientos sociales', y la 'apertura a la sociedad' por los partidos.

Las diversas propuestas para conseguir una democracia vital con capacidad para enfrentarse a los problemas y resolverlos pasa fundamentalmente, entre otras cosas, por aplicar un nuevo modelo de educación. La explotación no suele dejar espacios libres para que se pueda conspirar desde ellos. La democracia, sin embargo, tiene necesidad de crearlos, pues la democracia no nace, se hace. Es necesario elaborar un nuevo concepto de 'mérito' en el que entren además del rendimiento de los 'escogidos' por el estatus privilegiado de procedencia, el fruto del trabajo constante y permanente de los excluidos. El mérito como conquista desde la igualdad radical y no desde la donación.

A los ciudadanos les cuesta salir a una nueva primavera democrática capaz de hacer que las instituciones cobren su pálpito democrático. No se puede aceptar, ni entender, que los ciudadanos acepten el saqueo de la opinión de los ciudadanos. Equivaldría a aquello que W. Reich exclamaba: 'no, las masas no fueron engañadas, en determinado momento desearon el fascismo'.

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