el desconcierto de los ciudadanos

n n nEn estos momentos, la preocupación sobre la situación española ya está en boca de todos los ciudadanos.
Se respira inseguridad por los cuatro costados. La fiabilidad de los mensajes emitidos a través de televisión y sus protagonistas, incluido el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre lo que verdaderamente está ocurriendo en nuestro país, es altamente cuestionada. Entrar en un banco comienza a producir una sensación desagradable. A estas alturas de la película, pretender seguir administrando la información con pequeñas dosis y seguir fomentando la política del silencio aconsejada por el sempiterno y amortizado Pedro Arriola, constituye un despropósito. Se puede actuar con prudencia pero cuando el país se encuentra desconcertado, entre otras razones por la carencia de la citada fiabilidad y en permanente contradicción entre lo propios miembros del Ejecutivo, que tanto perjudican a la credibilidad gubernamental, es una clara demostración de que las cosas no se están haciendo correctamente.

Sobre la 'prima de riesgo', ese miembro tontorrón e incordiante existente en todas las familias, en nuestro caso ya ha sobrepasado con creces la barrera de los 500 puntos. Dado que hemos superado a Italia y hace mucho tiempo a Grecia, nos han dejado 'solos ante el peligro'. Somos una nación de lo más original. Aprovechamos un partido de futbol para ponernos a parir, insultando y degradando nuestros símbolos de identidad como son el himno y la bandera. Aunque aquí no se les otorgue la consideración debida, en el exterior supone un claro síntoma de descomposición, tal como ha sido publicado en medios internacionales. Semejante comportamiento es inadmisible en cualquier país, y sin duda, nada dice a favor de nuestra seriedad como estado democrático y en otros aspectos.

En cuanto a la oposición con Rubalcaba a la cabeza poco se puede esperar. Aunque fuese lo último que realizase y con tal de alcanzar el poder, sería capaz de todo instalado en las trastienda.

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