Como escribió Rubén Darío: Juventud divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro.../ y a veces lloro sin querer... A veces como una leve melodía o como el suave recitar de 'Canción de Otoño en Primavera', así somos las personas, así es el transcurso de nuestra vida, melancólico, nostálgico y cargado de corolarios emocionales que muy habitualmente desembocan en la sinrazón. La añoranza de un tiempo que pasó es un elemento muy presente en muchas personas adultas o que se van haciendo adultas. La nostalgia cuya etimología nos sugiere 'dolor', es un sentimiento de necesidad de anhelo por un moment
A veces como una leve melodía o como el suave recitar de 'Canción de Otoño en Primavera', así somos las personas, así es el transcurso de nuestra vida, melancólico, nostálgico y cargado de corolarios emocionales que muy habitualmente desembocan en la sinrazón. La añoranza de un tiempo que pasó es un elemento muy presente en muchas personas adultas o que se van haciendo adultas. La nostalgia cuya etimología nos sugiere 'dolor', es un sentimiento de necesidad de anhelo por un momento, o acontecimiento pasado.
Yo no los he leído, pero según la Wikipedia (que es muy respetable) existen algunos estudios que ponen de manifiesto que muchas personas creen que en años o décadas pasadas las personas estaban mejor de lo que están ahora, con un nivel de vida más alto y además en muchas de esas personas son muy frecuentes las ideas del tipo: nosotros tenemos muchos más valores que nuestros hijos, estamos también más preparados y nuestro modo de vida tiene sentido a diferencia del de nuestra juventud, siempre tan confundida y caótica. Ahora resulta que tenemos que proteger a nuestros niños y jóvenes de la televisión.
Pero ¿qué diablos les pasa a ustedes, personas adultas y avezadas a la vida? ¿Quién les va a proteger a ustedes, no de ustedes mismos, si no del negro agujero en el que todos nos encontramos? ¿Es que acaso no se creen las barbaridades que nos cuentan en la 'Tuneladora'? como dice Andrés Rábago García 'El Roto'. O ¿es que de verdad se creen que el lenguaje y las actitudes neoliberal y pseudorreligiosa no va calando en su manera de vivir y de entender las cosas? Se sienten más cercanos unos a otros por políticas y falsas religiones que por la esencia humana que les brinda la vida. Los veo grisáceos y tristes, no melancólicos sino tristes. Enfadados por un tiempo que ya pasó, categóricos en su error de creer que ya solo podemos asistir al decaer de los valores y del mundo de las personas.
Pues nada tan lejos de la realidad como esto y nada tan cerca como la realidad misma, que es en estos momentos más compleja y maravillosa que nunca. Nuestros jóvenes son despiertos y capaces, diariamente lo demuestran, solo hay que fijarse para entender que ustedes, los adultos, no lo han hecho tan mal, aunque como canta la querida Mercedes Sosa: 'Todo cambia'. Todo cambia y seguirá cambiando después de que dejemos de ser lo que somos.
Yo no los he leído, pero según la Wikipedia (que es muy respetable) existen algunos estudios que ponen de manifiesto que muchas personas creen que en años o décadas pasadas las personas estaban mejor de lo que están ahora, con un nivel de vida más alto y además en muchas de esas personas son muy frecuentes las ideas del tipo: nosotros tenemos muchos más valores que nuestros hijos, estamos también más preparados y nuestro modo de vida tiene sentido a diferencia del de nuestra juventud, siempre tan confundida y caótica. Ahora resulta que tenemos que proteger a nuestros niños y jóvenes de la televisión.
Pero ¿qué diablos les pasa a ustedes, personas adultas y avezadas a la vida? ¿Quién les va a proteger a ustedes, no de ustedes mismos, si no del negro agujero en el que todos nos encontramos? ¿Es que acaso no se creen las barbaridades que nos cuentan en la 'Tuneladora'? como dice Andrés Rábago García 'El Roto'. O ¿es que de verdad se creen que el lenguaje y las actitudes neoliberal y pseudorreligiosa no va calando en su manera de vivir y de entender las cosas? Se sienten más cercanos unos a otros por políticas y falsas religiones que por la esencia humana que les brinda la vida. Los veo grisáceos y tristes, no melancólicos sino tristes. Enfadados por un tiempo que ya pasó, categóricos en su error de creer que ya solo podemos asistir al decaer de los valores y del mundo de las personas.
Pues nada tan lejos de la realidad como esto y nada tan cerca como la realidad misma, que es en estos momentos más compleja y maravillosa que nunca. Nuestros jóvenes son despiertos y capaces, diariamente lo demuestran, solo hay que fijarse para entender que ustedes, los adultos, no lo han hecho tan mal, aunque como canta la querida Mercedes Sosa: 'Todo cambia'. Todo cambia y seguirá cambiando después de que dejemos de ser lo que somos.
