La sociedad ha cambiado muy profundamente en lo que se refiere a la salud pública y a la higiene social.
Todavía se han de dar muchos pasos para mejorar lo que tenemos. No debemos descansar ahora que hemos comenzado un buen camino. No por casualidad en Gijón se ha celebrado un congreso sobre las causas ambientales del cáncer y en el Hospital de San Pablo de Barcelona se ha realizado una intervención quirúrgica mediante la cual los herederos ya pueden no heredar determinado gen maligno. Son dos maneras distintas de la práctica de la medicina preventiva: el estudio y la intervención quirúrgica preventiva. Nunca son suficientes las alabanzas de la medicina preventiva. Tiene dos enemigos: la ignorancia y el temor a la ciencia sobre el propio cuerpo.
La medicina preventiva requiere presupuestos, los estilos de vida higiénica y saludables puede ser una panacea para lograr un alto porcentaje de salud social e individual plenamente comprensiva. Esta es un área sin posible reforma con sólo los decretos. Se necesita un acuerdo de los diversos actores individuales y de las instituciones, que han de crear un campo social en el que adquirir los hábitos saludables sea un principio para la convivencia. En la práctica social los individuos transforman la inercia que les rodea las cosas, en espacio funcional o instrumental de su actividad. El campo social es proyectado para los individuos en función de su programa existencial. Se requiere que los individuos creen su campo social de salud y desarrollar en él las actividades del grupo. No debieran ser la excepción aquellos que intentan vivir saludable; las minorías se han de convertir en mayoría. Es un trabajo que concierne de manera particular a las instituciones.
La medicina preventiva requiere presupuestos, los estilos de vida higiénica y saludables puede ser una panacea para lograr un alto porcentaje de salud social e individual plenamente comprensiva. Esta es un área sin posible reforma con sólo los decretos. Se necesita un acuerdo de los diversos actores individuales y de las instituciones, que han de crear un campo social en el que adquirir los hábitos saludables sea un principio para la convivencia. En la práctica social los individuos transforman la inercia que les rodea las cosas, en espacio funcional o instrumental de su actividad. El campo social es proyectado para los individuos en función de su programa existencial. Se requiere que los individuos creen su campo social de salud y desarrollar en él las actividades del grupo. No debieran ser la excepción aquellos que intentan vivir saludable; las minorías se han de convertir en mayoría. Es un trabajo que concierne de manera particular a las instituciones.
